Han de estar y estarán…Literatura Infantil de Guatemala
Reseña por Araminta Gálvez
El libro, “Han
de estar y estarán…Literatura Infantil de Guatemala”, escrito por
Frieda Liliana Morales Barco, editado por Letra Negra en 2004, surge de su tesis
de doctorado “Tras las huellas de la literatura infantil en Guatemala”, como
parte del programa de pos graduación realizado en Brasil, fruto de una larga
investigación acerca de los materiales de lectura, que a lo largo de la
historia, transitaron en la sociedad guatemalteca, teniendo principalmente como
sujeto al niño y considerando la literatura como un saber cultural.
Para la investigadora, quien define la literatura
infantil y juvenil (LIJ) como un concepto heterogéneo e interdisciplinario, con
calidad estética y ética que busca que el niño se adentre en el universo de la
palabra y en ella se realice y tome conciencia de sí mismo y de los otros, es
imprescindible seguir el rastro de las fuentes de la LIJ de Guatemala, para
conocer su historia y fundamentalmente para saber quiénes somos y para dónde
vamos y podernos ver frente a ese “otro” que también es parte de nuestra
historia, para generar una cultura colectiva que conduzca a crear una LIJ
guatemalteca multi (inter) (pluri) cultural.
El recorrido a través de la historia buscando ese rastro,
ha sido extenso. El primer capítulo del estudio parte de un marco global que
ilustra la expansión iniciada en Europa en el siglo XV, haciendo un recorrido
por la conquista de América, división de las tierras conquistadas y las luchas
por la independencia.
Hace un recorrido a
lo largo de 180 años de vida independiente, con procesos que buscan una
mejor forma de organización social. Se enfatiza la caracterización de la
formación de la República Constitucional de Guatemala, principalmente, a partir
de la Reforma Liberal (1871-1898) y se hace un recorrido por las primeras
medidas políticas a nivel político y, sociocultural. En el campo literario y en
la plástica se destacan los personajes guatemaltecos que han sobresalido, así
como el surgimiento de instituciones que promueven la cultura.
En el capítulo II, la
investigadora hace una segmentación entre la LIJ escrita y la oral de tradición
popular en el contexto de una nación multiétnica, pluricultural y plurilingüe. En
un primer momento la educación y la lectura se someten a las propuestas
ideológicas y pedagógicas del proyecto
de modernización del Estado. Asimismo, hace una descripción de los libros y
textos que fungieron como los primeros libros de lectura para niños en las
escuelas públicas y privadas de Guatemala.
Según la investigadora, estos libros pueden considerarse
como emancipatorios puesto que dotaron de imaginario a los pequeños lectores y
contribuyendo a crear hábitos de lectura.
El capítulo III se ocupa de la
escuela como una institución clave que ha garantizado la formación de la
infancia, siendo los maestros quienes han provisto los materiales de lectura a
la infancia guatemalteca durante su vida independiente, creando una literatura
psicopedagógica antes que estético literaria.
La investigadora se refiere a las reflexiones vertidas
por varios autores acerca de la definición de niñez, qué es la LIJ, cuál es el
valor educativo y papel de la escuela para estimular la lectura de literatura,
qué hacer, cómo, cuándo y dónde usar la LIJ, entre otras interrogantes.
Asimismo, señala que en un principio, el niño fue visto como un pequeño adulto,
al que, por medio de la literatura vehiculada en los libros de lectura, se le
debía formar para que fuera ese futuro ciudadano que pudiera representar a la
sociedad ladina en construcción.
Los primeros pensadores de la LIJ en Guatemala se
preocuparon de implementar y capacitar a los maestros para dotarlos de
materiales, recursos y metodologías de enseñanza para seleccionar libros para
niños que incidieran en su educación formal, fundamentalmente de poesía.
Durante la década de 1990 se produce un auge de desarrollo artístico, gracias a la
apertura política durante las
negociaciones de paz; y las casas editoriales invierten en edición de libros de
LIJ y promoción de la lectura.
La investigadora se refiere
también a la importancia del teatro infantil y juvenil que además de entretener
y divertir era usado como un recurso didáctico. Según Morales Barco, el teatro
es una forma literaria por medio de la cual se puede ambientar al niño en la
magia de su pensamiento, a través de la representación poética de diversos
mundos animados e inanimados, que cobran vida gracias a su infinita fantasía e
imaginación.
Dentro de las primeras manifestaciones de la LIJ en
Guatemala, se muestra una evolución y
desenvolvimiento marcado por la creación de libros de aprendizaje de la
lectura, libros de lectura morales y de buenas maneras que tratan de expresar
la idiosincrasia e identidad del guatemalteco emergente y al mismo tiempo
ayudaron a las prácticas de lectura y a la propagación del idioma español.
El segundo gran momento de la LIJ de Guatemala está
ligado a la escolaridad, a la legislación y a las principales corrientes de los
estudios de psicología infantil en boga durante las primeras cuatro décadas del
siglo pasado.
En 250 páginas la autora reconstruye la historia de la LIJ guatemalteca, concluyendo que al día de hoy los guatemaltecos, además de promover la práctica de la lectura exigiendo la creación de libros con calidad literaria que contribuyan a paliar las necesidades educativas y de alfabetización, debemos buscar los mecanismos discursivos que nos identifican y que nos puedan unir en la diversidad, dándonos visibilidad a todos los guatemaltecos por igual. Afirma que es necesario buscar nuevas formas para el sistema de representación cultural del país y que esta historia no se ha acabado… apenas empieza…
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