viernes, 30 de julio de 2021

(E)migración: viajes inciertos sin retorno I

(E)migración: viajes inciertos sin retorno

Frieda Liliana Morales Barco
UEM/Capes[1]

 

Cada libro es un viaje, un despertar, conocer y, por sobre todo, imaginar.
Dolores Comas de Guembe[2]

  

(e)migrar: una mirada a un fenómeno social actual

 En la LIJ uno asuntos sobre el que se ha discutido mucho es el de la exposición del realismo en esta literatura: ¿Cómo debe presentarse la realidad a los niños y jóvenes? ¿Debe ser expuesta fiel a ella o adornada en la ficción? Así, por ejemplo, para Jesualdo y Antoniorrobles el realismo en la literatura tiene opiniones opuestas. Para Jesualdo literatura infantil debía reflejar la vida misma, la realidad, pues, según él, los mundos ficticios creaban conceptos equivocados de lo que es la vida, y así se le evitarían traumas futuros cuando tuviera que enfrentarse a ella. Por el otro lado, para Antoniorrobles, al contrario, decía que se debía eliminar todo dolor y amarguras innecesarios, propiciar la felicidad en el niño, y por eso, la literatura que se les debía ofrecer debía ser alegre y limpia como un día de domingo. Actualmente, Anna Gassol y Assumpció Lissón expresan que el realismo en la LIJ tiene dos vertientes, una obsesiva, donde los conflictos no tienen salida y otra que ofrece múltiples posibilidades para su comprensión desde el afecto y el humor.

Sígase una u otra vertiente, lo que sí es cierto es que con la literatura no se quiere relatar la realidad tal cual, sino cómo se representa la realidad en el arte, como ésta sirve de medio para crear hechos ficcionales que muestren diferentes posibilidades de la realidad. La ficción crea otros mundos a partir de lo que ya existe. Un espacio simbólico donde la realidad adquiere otros significados.

Hoy en día, a través de la promoción de la lectura se estimula la formación de lectores y el acceso a una gama amplia de obras literarias de calidad a niños y jóvenes que permiten el diálogo y la reflexión para comprender la realidad que les rodea y les ayuda a construir nuevos sentidos. Es el caso del tema de la migración y todo lo que eso implica para los niños y jóvenes que en algún momento de sus vidas han pasado por ello o porque tienen contacto en la escuela, la familia o porque se han enterado por medio de las redes sociales y noticieros.

El fenómeno de la migración es un hecho continuo que se ha producido a lo largo de la existencia del ser humano y, en términos generales, tiene que ver, principalmente, con factores de sobrevivencia para buscar oportunidades de mejor calidad vida.  Sin embargo, las causas que provocan los movimientos migratorios son múltiples, variadas y dinámicas, pues, por ejemplo, en un inicio el desplazamiento de grupos humanos de un lugar a otro originó la formación de aldeas, luego ciudades y territorios geográficos demarcados por fronteras. Luego hubo migración a esas ciudades por la fascinación y curiosidad que éstas despertaban entre las personas de otras tierras. También hubo migración forzada provocada por procesos de invasión, conquista y guerras civiles, por situaciones religiosas, raciales, políticas, económicas o étnicas; así como migración voluntaria para poblar ciudades nuevas, trabajar, estudiar, o, simplemente, para cambiar de vida. Son muchas las causas y, por eso, un tema complejo de tratar.

Pero, este fenómeno además de implicar el desplazamiento físico de un lugar a otro, del viaje, del abandono del sitio de origen, involucra también cambios físicos, psicológicos y culturales en las personas o grupos que migran. De ahí que, además, del concepto de “migración”, también hay que tomar en cuento otros dos términos derivados como emigrar y migrar. Según el diccionario de la Real Academia Española [1]Emigrar es cuando una persona abandona su propio país para establecerse en otro extranjero. [1] Migrar, verbo que se refiere a llegar a un país extranjero para radicarse en él.

En la actualidad es un tema internacional candente que está en las pautas de periódicos, noticieros radiales, televisivos y digitales, así como se ha incorporado en las mesas de discusión de investigadores y analistas políticos de diferentes países de Latinoamérica y Europa, principalmente, por las consecuencias socioeconómicas y culturales que esta problemática acarrea. Desde la academia, el tema se ha venido abordando sistemáticamente a partir de la década de 1990 desde perspectivas sociohistóricas, económicas, antropológicas y literarias. Sin embargo, desde que la situación comenzó a agudizarse y se empezaron a escuchar historias aquí y acullá acerca de las experiencias de los migrantes, que dio como resultados algunos best-sellers a través de los cuales se da testimonio de las experiencias de hombres, mujeres, niños, adolescentes y jóvenes que han pasado por esto. Los asuntos que se han investigado y problematizado enfatizan las causas y consecuencias de los desplazamientos masivos de grupos humanos provenientes de países del medio oriente y África hacia Europa y de Latinoamérica hacia los Estados Unidos de Norte América. En ellos se presentan diversas facetas de este fenómeno como el oportunismo, la discriminación, la corrupción, la esclavitud, la negligencia, la explotación, los deseos y sueños alcanzados, legislación, acuerdos y convenios normativos, etcétera.

En la LIJ este hecho no ha pasado desapercibido y ha habido esfuerzo para tratar de hacer comprender e interpretar este fenómeno a los pequeños y jóvenes lectores. Por ejemplo, en Latinoamérica se ha tratado bastante en Argentina y Cuba, países que experimentaron flujos migratorios masivos desde Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Uno de los primeros textos publicados sobre este asunto es Papá, en Cuentos de la Bobe, de la argentina Susana Goldenbert (1976) y a él le siguieron otros de escritores como Benjamino y Stephano de María Teresa Andruetto, Hombres de recursos, de Fernando Sorrentino, Un bandoneón vivo, de Oche Califa, No hagan olas, de Elsa Bornemann; también de los cubanos Dora Alonso con Ponolali, Joel Franz Rosell con Mi tesoro te espera en Cuba; o el de la uruguaya  Carolina Trujillo Piriz De exilio, maremotos y lechuzas. En Europa hay ejemplos como Hombres de hoy, ciudades de siglos, de la española Montserrat del Amo (1948), la Serie de Sapo, del holandés Max Veltiujs, Emigrantes, de Shaun Tan, entre otros, que narran las experiencias sobre las diversas formas de la (e)migración de los personajes de niños, adolescentes y jóvenes. Experiencias entrecruzadas que les han dejado huellas profundas cargadas de significaciones únicas y que en la lectura de las obras son compartidas con los lectores. En ese espacio se teje un diálogo que abre infinitas posibilidades de comprensión de lo otro, lo extraño, lo diferente y que, por lo tanto, propician conocimiento.



[1] Artículo publicado en la revista Barataria, número 17, de Editorial Norma, 2016.

[2] Literatura juvenil, un viaje de descubrimiento. En: Revista de Literaturas Modernas, número 35, 2005.

No hay comentarios:

Publicar un comentario