sábado, 17 de julio de 2021

(E)migración: viajes inciertos sin retorno III

 (E)migración: viajes inciertos sin retorno

y, III

Esos viajes sin retorno

La (e)migración se configura aquí como metáfora del viaje. Una travesía de exploración y descubrimientos, tanto individuales, íntimos, como colectivos. Son una especie de pruebas preparatorias o ritos de iniciación que llevan a un crecimiento espiritual y de conocimiento del mundo, que expresa deseos profundos de cambio y de experimentar cosas nuevas. En parte, en las obras analizadas esto se hace sentir. Son viajes de aprendizaje, de adaptación, hacia o desde la memoria, o de búsqueda de la esencia del ser humano.

De esa forma, en Sapo y el forastero, vemos como se manifiesta esto por medio del tratamiento que el escritor hace de la historia, al colocar una ilustración necesaria que facilita la asociación entre lo que es leído y el pensamiento al que el texto remite, así como el desarrollo de las aventuras se lleva a cabo en ambientes familiares, en este caso el bosque. Con estas estrategias, el niño llega a comprender, a través de situaciones de causa y efecto, que no somos iguales, que debemos aprender a aceptarnos y a respetarnos. Esto el niño lector lo intuye, no se le dice explícitamente, pues el autor no pretende enseñarle algo, sino que solo se limita a mostrarle situaciones de la vida que alargan su pensamiento y lo hacen reflexionar acerca de lo leído.

En Eloísa y los bichos, el punto de vista está colocado en la protagonista que relata como fue llegar a vivir a una nueva ciudad donde todo le era desconocido y nuevo. Es una historia contada desde la memoria. Aquí el escritor y el ilustrador crean un espacio simbólico que permite que la protagonista pueda rever los acontecimientos de su infancia y construir un discurso para explicar su presente. De ese modo, vemos como el pase del presente al pasado y viceversa se produce en las guardas donde el único indicio que se ofrece es una mano de mujer adulta sosteniendo una fotografía familiar y otras colocadas sobre una mesa. Después, el relato o su viaje comienza con una pérdida, el osito de peluche en un paso de cebra y, a partir de allí, describe la forma en que se integró y adaptó a su nueva vida, como fueron los encuentros y desencuentros tanto en el laberinto de la ciudad como en el de sus emociones y sentimientos. Entonces, para la protagonista, recordar cómo fue su proceso de adaptación, que le sirvió para reafirmar su identidad e integración en esa nueva ciudad, así como le ayuda a comprender el sentido de su vida.

En La isla, una historia cotidiana, no se identifica como sujeto protagonista a una persona específica, sino que éste es colectivo, es el pueblo, una masa que rechaza todo lo nuevo, lo desconocido y que se cierran ante las posibilidades de cambio y de (re)encuentros con otros.

Las tres obras analizadas presentan a sus lectores experiencias diferentes que dan la oportunidad de diálogo y reflexión, dándoles la oportunidad para alargar sus horizontes de expectativas. Por otro lado, al presentarles más espacios simbólicos, los niños y jóvenes son capaces de aprender más, crecer interiormente, ayudándoles a comprenderse a sí mismos y a los otros.

En ese sentido, promover la lectura literaria con obras de calidad, contribuye a que los lectores se adentren en su mundo y para que tomen sus propias experiencias para interpretar lo leído, extrayendo así sus propias conclusiones, significados, opiniones, puntos de vista para después poder dialogar al respecto. La lectura entonces se transforma en un proceso activo donde intervienen los estímulos textuales y las aportaciones del receptor (Mendoza Fillola: 2007). Los estímulos textuales provienen tanto de los formatos gráficos, tipográficos, géneros literarios hasta en las formas de narrar las historias de ficción y no ficción y de atreverse a desarrollar temas controversiales, donde algunos son considerados tabús como como la muerte, la violencia, el racismo, la sexualidad y, últimamente, temas como las nuevas conformaciones familiares, el (ciber)bullying y la migración, cuya escritura creativa, como ya dijimos, puede proporcionar experiencias estéticas y de sentido a los lectores infantiles y jóvenes, a la vez que les invitan a reflexionar, discutir y reflexionar al respecto, pues son experiencias que afectan su universo cotidiano en diferentes niveles.

Para comprender lo leído, el lector integra otras informaciones y referencias para construir el conocimiento sobre determinados temas. En el caso del fenómeno de la migración, por medio de las obras analizadas obtiene herramientas para comprender diversas facetas de este fenómeno que son presentadas a través de distintos medios de comunicación y redes sociales, principalmente, donde constantemente se "postan" fotografías que muestran lo duro y doloroso que puede ser salir de sus hogares, de sus países, en busca de una vida mejor.  

Desde esta perspectiva, la lectura de obras como las analizadas ayudan a comprender el hecho real del fenómeno de la migración, en especial los hechos recientes. Ejemplos impresionantes, han sido la escena del niño sirio que yace fallecido en una playa de Grecia, después que se hundiera la barca que lo transportaba a él junto a su familia y otras personas, y el éxodo sin acompañamiento de niños, adolescentes y jóvenes provenientes del triángulo norte de Centroamérica hacia los Estados Unidos de Norteamérica.

En el caso del niño sirio, su fotografía abrió la posibilidad de diálogo y se viralizó e inmediatamente le dio la vuelta al mundo despertando muchas reacciones y protestas, entre ellas, la de un grupo de ilustradores de libros infantiles y juveniles que expresaron su tristeza, dolor y rabia por medio de ilustraciones sobre este hecho. Por un momento simbolizó el drama que sufren estas personas en medio oriente tratando de huir de la guerra y una forma de preguntarse porque suceden este tipo de incidentes.

La otra escena que se refiere al éxodo de más de 90,000 niños migrantes no acompañados, entre dos y quince años, provenientes del triángulo norte de Centroamérica, El Salvador, Honduras y Guatemala, que entre 2011 y 2021, han huido masivamente de estos países y se han aventurado a atravesar el territorio mexicano con la ilusión de poder tener la oportunidad de realizar su “sueño americano”: llegar a los Estados Unidos de Norte América. La problemática que causa este hecho es multicausal, principalmente, por factores de extrema pobreza, violencia que va desde la intrafamiliar, bullying hasta el acoso, secuestro, extorsión, violación y asesinato por parte de las maras, pandillas y otros delincuentes. En ese peregrinaje los niños, adolescentes y jóvenes están expuestos a sufrir vejámenes, hambre, zozobra, miedo, trabajo forzoso, así como de ser víctimas del narcotráfico, maras y crimen organizado o que no cumplan su deseo por haber sido capturados en la frontera por las autoridades migratorias. A esto se suma la incerteza de no saber cuántos de ellos han logrado llegar a su destino. 

A pesar de la magnitud de la noticia, que salió a la luz el 5 de julio de 2014, la misma recibió un tratamiento distinto, y a diferencia de la escena del niño sirio, este caso no se viralizó en el espacio de las redes sociales la imagen, no se colocó como bandera en los muros, Nadie se manifestó más allá de decir que era una injusticia, que los gobiernos debían intervenir, etcétera. Fue una noticia que pasó desapercibida, se prefirió no hablar de ello en este contexto. Solo se ha discutido en esferas políticas y de derechos humanos. En fin, muchos de esos niños, adolescentes y jóvenes continúan en situación de vulnerabilidad encerrados en albergues improvisados en Arizona y Texas. Allí continúan esperando más de cuatro mil niños, adolescentes y jóvenes soluciones a su situación.

  El niño ahogado se convirtió en el protagonista de una historia de ficción con final triste. El éxodo de los 90,000 niños, adolescentes y jóvenes son como el protagonista de La isla, una colectividad que debe ser encerrada para no ser vista. Al final, lo que se refleja aquí es el tratamiento de la infancia y el concepto que se tiene de ella. Se evidencia también, que es una población vulnerable a la que en sus países de origen no se les atiende en sus mínimos derechos elementales: vida, protección, salud y educación, aspectos muy alejados de las metas de desarrollo humano. Se evidencia el abandono, la negligencia, el desinterés hacia ellos. No se hace nada para frenar este movimiento migratorio. 

Por eso es tan importante la promoción de la lectura de los libros álbum como los analizados: Sapo y el forastero, Eloísa y los bichos y La isla, una historia cotidiana, su lectura permite el desarrollo de la sensibilidad de los pequeños y jóvenes lectores. Se convierten en puertas que se abren y les permiten explorar su realidad cotidiana al verla reflejada en la ficción. Detenerse por momentos en su viaje por la vida y sentarse en el banco junto al río para compartir sus experiencias, o para compartir el sentirse un bicho perdido en una nueva ciudad, o para experimentar la soledad al no comprender la desconfianza y la exclusión de los otros, son situaciones que le hacen ver el mundo con otros ojos. Y aunque son pequeñas paradas que terminan cuando cierran los libros, eso no significa que el viaje haya terminado, deben seguir adelante, para continuar descubriendo nuevos caminos entre su realidad, la memoria y la ficción. (E)migrar en y por el lenguaje, trazar rutas nuevas de viajes, marcar el camino con recuerdos, dejar huellas profundas para que otras las sigan, pues, como expresa el historiador salvadoreño, Carlos Cañas Dinarte: 

Quizá la historia y la memoria puedan ser parte de un camino para que los que claman contra las víctimas vean sus pasados y se den cuenta de que proceden de grupos que antes también fueron víctimas. Los ciclos de la vida y del desarrollo humano exigen recordar a profundidad para construir un mundo diferente, más humano y menos ajeno para muchos (2016). 

La lectura de obras como estas abren espacios simbólicos plurales, donde se combina el lenguaje verbal y el visual, que hacen posible un diálogo más enriquecedor y se desarrolla en los lectores su capacidad de observación, de inferencia y cuestionamiento, entre otras. Llevan al lector al autoconocimiento, a tener una visión crítica del mundo y a la formación de su sensibilidad estética.

 

Referencias bibliográficas
Buitrago, Jairo. Eloísa y los bichos. Bogotá: Babel Libros, 2009.
Camargo, Luis. Ilustração do livro infantil. Belo Horizonte: Le, 1995.
Cañas Dinarte, Carlos. Europa, la olvidadiza. Disponible en: [http://revistafactum.com/europa-la-olvidadiza/]
Cerrillo, Pedro, Yubero, Santiago (Org.). La formación de mediadores para la promoción de la lectura. Cuenca: Cepli, 2007.
Clark, Margaret. Escribir literatura infantil y juvenil. Barcelona: Paidós, 2005.
Gassol, Ana, Lissón, Assumpció. Realismo… ¿con apellido? En: CLIJ, número 4, marzo. Barcelona: Fontalba, 1989, p. 20-27. 
Greder, Armin. La isla, una historia cotidiana. Salamanca: Loguez, 2003.
Velthuijs, Max. Sapo y el forastero. Caracas: Ekaré, 1992.

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