viernes, 30 de julio de 2021

(E)migración: viajes inciertos sin retorno I

(E)migración: viajes inciertos sin retorno

Frieda Liliana Morales Barco
UEM/Capes[1]

 

Cada libro es un viaje, un despertar, conocer y, por sobre todo, imaginar.
Dolores Comas de Guembe[2]

  

(e)migrar: una mirada a un fenómeno social actual

 En la LIJ uno asuntos sobre el que se ha discutido mucho es el de la exposición del realismo en esta literatura: ¿Cómo debe presentarse la realidad a los niños y jóvenes? ¿Debe ser expuesta fiel a ella o adornada en la ficción? Así, por ejemplo, para Jesualdo y Antoniorrobles el realismo en la literatura tiene opiniones opuestas. Para Jesualdo literatura infantil debía reflejar la vida misma, la realidad, pues, según él, los mundos ficticios creaban conceptos equivocados de lo que es la vida, y así se le evitarían traumas futuros cuando tuviera que enfrentarse a ella. Por el otro lado, para Antoniorrobles, al contrario, decía que se debía eliminar todo dolor y amarguras innecesarios, propiciar la felicidad en el niño, y por eso, la literatura que se les debía ofrecer debía ser alegre y limpia como un día de domingo. Actualmente, Anna Gassol y Assumpció Lissón expresan que el realismo en la LIJ tiene dos vertientes, una obsesiva, donde los conflictos no tienen salida y otra que ofrece múltiples posibilidades para su comprensión desde el afecto y el humor.

Sígase una u otra vertiente, lo que sí es cierto es que con la literatura no se quiere relatar la realidad tal cual, sino cómo se representa la realidad en el arte, como ésta sirve de medio para crear hechos ficcionales que muestren diferentes posibilidades de la realidad. La ficción crea otros mundos a partir de lo que ya existe. Un espacio simbólico donde la realidad adquiere otros significados.

Hoy en día, a través de la promoción de la lectura se estimula la formación de lectores y el acceso a una gama amplia de obras literarias de calidad a niños y jóvenes que permiten el diálogo y la reflexión para comprender la realidad que les rodea y les ayuda a construir nuevos sentidos. Es el caso del tema de la migración y todo lo que eso implica para los niños y jóvenes que en algún momento de sus vidas han pasado por ello o porque tienen contacto en la escuela, la familia o porque se han enterado por medio de las redes sociales y noticieros.

El fenómeno de la migración es un hecho continuo que se ha producido a lo largo de la existencia del ser humano y, en términos generales, tiene que ver, principalmente, con factores de sobrevivencia para buscar oportunidades de mejor calidad vida.  Sin embargo, las causas que provocan los movimientos migratorios son múltiples, variadas y dinámicas, pues, por ejemplo, en un inicio el desplazamiento de grupos humanos de un lugar a otro originó la formación de aldeas, luego ciudades y territorios geográficos demarcados por fronteras. Luego hubo migración a esas ciudades por la fascinación y curiosidad que éstas despertaban entre las personas de otras tierras. También hubo migración forzada provocada por procesos de invasión, conquista y guerras civiles, por situaciones religiosas, raciales, políticas, económicas o étnicas; así como migración voluntaria para poblar ciudades nuevas, trabajar, estudiar, o, simplemente, para cambiar de vida. Son muchas las causas y, por eso, un tema complejo de tratar.

Pero, este fenómeno además de implicar el desplazamiento físico de un lugar a otro, del viaje, del abandono del sitio de origen, involucra también cambios físicos, psicológicos y culturales en las personas o grupos que migran. De ahí que, además, del concepto de “migración”, también hay que tomar en cuento otros dos términos derivados como emigrar y migrar. Según el diccionario de la Real Academia Española [1]Emigrar es cuando una persona abandona su propio país para establecerse en otro extranjero. [1] Migrar, verbo que se refiere a llegar a un país extranjero para radicarse en él.

En la actualidad es un tema internacional candente que está en las pautas de periódicos, noticieros radiales, televisivos y digitales, así como se ha incorporado en las mesas de discusión de investigadores y analistas políticos de diferentes países de Latinoamérica y Europa, principalmente, por las consecuencias socioeconómicas y culturales que esta problemática acarrea. Desde la academia, el tema se ha venido abordando sistemáticamente a partir de la década de 1990 desde perspectivas sociohistóricas, económicas, antropológicas y literarias. Sin embargo, desde que la situación comenzó a agudizarse y se empezaron a escuchar historias aquí y acullá acerca de las experiencias de los migrantes, que dio como resultados algunos best-sellers a través de los cuales se da testimonio de las experiencias de hombres, mujeres, niños, adolescentes y jóvenes que han pasado por esto. Los asuntos que se han investigado y problematizado enfatizan las causas y consecuencias de los desplazamientos masivos de grupos humanos provenientes de países del medio oriente y África hacia Europa y de Latinoamérica hacia los Estados Unidos de Norte América. En ellos se presentan diversas facetas de este fenómeno como el oportunismo, la discriminación, la corrupción, la esclavitud, la negligencia, la explotación, los deseos y sueños alcanzados, legislación, acuerdos y convenios normativos, etcétera.

En la LIJ este hecho no ha pasado desapercibido y ha habido esfuerzo para tratar de hacer comprender e interpretar este fenómeno a los pequeños y jóvenes lectores. Por ejemplo, en Latinoamérica se ha tratado bastante en Argentina y Cuba, países que experimentaron flujos migratorios masivos desde Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Uno de los primeros textos publicados sobre este asunto es Papá, en Cuentos de la Bobe, de la argentina Susana Goldenbert (1976) y a él le siguieron otros de escritores como Benjamino y Stephano de María Teresa Andruetto, Hombres de recursos, de Fernando Sorrentino, Un bandoneón vivo, de Oche Califa, No hagan olas, de Elsa Bornemann; también de los cubanos Dora Alonso con Ponolali, Joel Franz Rosell con Mi tesoro te espera en Cuba; o el de la uruguaya  Carolina Trujillo Piriz De exilio, maremotos y lechuzas. En Europa hay ejemplos como Hombres de hoy, ciudades de siglos, de la española Montserrat del Amo (1948), la Serie de Sapo, del holandés Max Veltiujs, Emigrantes, de Shaun Tan, entre otros, que narran las experiencias sobre las diversas formas de la (e)migración de los personajes de niños, adolescentes y jóvenes. Experiencias entrecruzadas que les han dejado huellas profundas cargadas de significaciones únicas y que en la lectura de las obras son compartidas con los lectores. En ese espacio se teje un diálogo que abre infinitas posibilidades de comprensión de lo otro, lo extraño, lo diferente y que, por lo tanto, propician conocimiento.



[1] Artículo publicado en la revista Barataria, número 17, de Editorial Norma, 2016.

[2] Literatura juvenil, un viaje de descubrimiento. En: Revista de Literaturas Modernas, número 35, 2005.

domingo, 25 de julio de 2021

(E)migración: viajes inciertos sin retorno II

(E)migración: viajes inciertos sin retorno

 II


Tres enfoques de una misma realidad

Tres obras de LIJ donde el fenómeno de la migración en sus diversas facetas está presente son los libros álbumes: Sapo y el forastero, de Max Velthuijs (1992), Eloísa y los bichos, de Jairo Buitrago (2009) y La isla, de Armin Greder (2007). Cada uno de ellos constituyen cruces de caminos donde confluyen la palabra y la imagen y donde transitar por ellos lleva al desarrollo de la sensibilidad artística de los lectores, y, en este caso, a la comprensión del fenómeno de la migración.

 Sapo y el forastero, de Max Velthuijs

Sapo y el forastero es un libro álbum que pertenece a una serie titulada Los libros de Sapo a través de la cual Max Velthuijs crea historias con los personajes animales Cochinito, Pata, Liebre y Sapo, para abordar temas diversos y complejos como la muerte, la aceptación de uno mismo, la búsqueda de la identidad y la diversidad, por ejemplo. Al respecto, Teresa Colomer dice que este es un recurso utilizado a menudo para crear cierta distancia entre el lector y una historia especialmente transgresora de las normas sociales o demasiado dura afectivamente (2005: 75). Este distanciamiento que se crea produce una sensación de seguridad en el lector y le invita a seguir leyendo. A esto también contribuye el proyecto gráfico que Velthuijs desarrolla, como se explica en un artículo publicado por la Editorial Ekaré, que Velthuijs:

Mantiene en toda la serie el mismo esquema de diseño: el texto siempre abajo y las imágenes ocupando las dos terceras partes de la página, la mayoría enmarcadas y algunas desplegadas en doble páginas y sangradas. Es un planteamiento simple y riguroso que representa una fluida transición entre el álbum de gran formato y el libro de primeras lecturas. Casi todas las imágenes son de plano general. No hay primeros planos ni perspectiva distinta de la frontal. Hay una direccionalidad notoria de izquierda a derecha en todas las historias, y las imágenes, en su dinámica, nos impulsan a pasar la página[1].

        En ese sentido, en el estilo de Velthuijs se valoriza lo lineal y lo pictórico, por eso el trazo fuerte y los contornos del dibujo y el plano general en el que es más importante la impresión visual que causan los objetos representados que el volumen y la forma de los objetos. Combinados estos elementos con los colores brillantes resaltan la expresividad de los personajes que dejan ver, con humor y también ternura, sus estados de ánimo, sus propósitos, sus emociones[2]. Al aparecer primero la imagen y en la parte de abajo el texto, la primera impresión va a ser dada por la imagen. Y esto en parte tiene que ver con el hecho de que el libro está destinado a primeros lectores y, por lo general, será leído en voz alta por un mediador. Por eso la atención del niño estará centrada en la imagen y la voz.

            El ambiente en el que se desarrollan es abierto, un verde e iluminado bosque, cerca de un río. Este paisaje de mucho verde, de cielo abierto, transmite alegría y gozo, deleite en la naturaleza y amor por la vida, y nos habla de personajes que se mueven en su mundo con libertad y seguridad[3].

            En este libro, con relación al tema, el del forastero, lo diferente, el invasor se presenta como una sorpresa, Cochinito con una expresión de alarma irrumpe de repente en la paz del verde e iluminado bosque para anunciar que ve a alguien extraño, Rata, y avisa a los otros, y éstos sin haber visto al forastero emiten juicios negativos a priori acerca de él. Sapo no se convence de lo que dicen y quiere comprobar con sus propios ojos si eso es cierto o no. Por la noche observa a Rata, el forastero, y le parece inofensivo. Al otro dío le cuenta a sus amigos lo que vio, pero ellos siguen pensando igual. La visión de Sapo es reforzada por la del narrador que describe al forastero como alguien trabajador y limpio. Una segunda opinión favorable acerca de él. Pero Sapo siente mucha curiosidad por saber más de Rata y se hace su amigo. Comparten experiencias. Los otros animales lo critican y no lo aceptan. Se cierran ante la posibilidad de conocer cosas más allá de su entorno, a pesar de que Liebre les dice que no hay nada que temer, que todos tienen que compartir.

La situación cambia cuando en una ocasión a Cochinito se le quema su casa y Rata apaga el incendio y le ayuda a reconstruirla. Luego, salva a Liebre de ahogarse. Con las actitudes que muestra en estos dos sucesos Cochinitoy Pata se convencen de que no es malo y aceptan a que se quede. A partir de ahí todos comparten y aprenden unos de otros. Hasta que un día, Rata anuncia que ya es hora de partir. Todos se desconciertan pero aceptan el hecho de la partida de su nuevo amigo. El único consuelo que les queda es que van de vez en cuando van a poder recordar los buenos momentos compartidos al sentarse en la banca que Rata construyó a la orilla del río.

Lo que se observa a lo largo de la historia es desconstrucción de las ideas negativas preconcebidas acerca del forastero y como por las actitudes y acciones de éste la imagen cambia. Al reconocer las diferencias se aceptan y se respetan las ideas y creencias. Así la forma acelerada con que inició la historia, se transforma en un final tranquilo, feliz donde el lector también tiene la sensación de nostalgia que deja la  despedida de un amigo pero el consuelo que lo va a poder seguir recordando a través de las experiencias compartidas.

 

Eloísa y los bichos, de Jairo Buitrago

Un libro álbum escrito por Jairo Buitrago e ilustrado por Rafael Yockteng. Narra la historia de Eloísa y de su papá que se mudan a otra ciudad para comenzar una nueva vida. Al principio todo les parece extraño, pero conforme van pasando los días aprenden a conocer tanto la ciudad como a las personas que les rodean. Al final terminan adaptándose e integrando al lugar.

Desde la portada del libro Eloísa y los bichos ya se evidencia un sentimiento de extrañeza y temor, se ve a una niña rodeada de insectos enormes. Pero, al abrir el libro, la guarda de inicio da otra impresión. Hay una mano de mujer adulta sosteniendo una fotografía donde se ve a un padre y una niña y varias fotografías regadas sobre una superficie que muestran situaciones familiares felices. Da la impresión de que alguien está recordando su vida. En la siguiente página, la composición en diagonal que muestra un osito de peluche tirado sobre el asfalto y en la parte inferior derecha de la página impar el texto donde se lee: No soy de aquí, prepara las siguientes páginas de la historia y del personaje que se desarrollará en ese espacio. Es decir, anticipa situaciones nuevas y desconocidas y el punto de vista Eloísa, ¿cómo se siente ella en ese nuevo lugar? ¿Qué sensaciones le provoca?

El texto compuesto de frases cortas, de una línea solamente, dispuesta siempre en la parte inferior derecha de la página impar se presenta como un apuntador que da indicios de lo que continua. Mientras que la representación de las ilustraciones da la sensación que alguien está viendo hacia ellas tratando de resaltar muchos detalles. A esta sensación contribuye también la mirada de Eloísa, siempre viendo para otro lugar. Otro elemento importante aquí, es el color. El uso de colores como verde que simboliza la esperanza, es un color que está unido a los sentimientos y pensamientos; y el azul la calma, de la interioridad, de evocación. De esa forma se refuerza el hecho de la recordación, de la memoria.

A la par de esto los ángulos de visión y encuadramiento también resaltan las emociones de Eloísa. La angustia, temor y ansiedad que le provoca el cambio de vida y lo desconocido y nuevo que encuentra en esa nueva ciudad. Al ver a los habitantes de esa ciudad como bichos Eloísa no hace más que expresar su pequeñez, su insignificancia en ese lugar.

Sin embargo, conforme se avanza en la lectura se observa que la niña paulatinamente se adapta a sus nuevas circunstancias y vida y, en la última página, se lee: Es verdad que no  nací aquí… pero en este lugar aprendí a vivir. Y se ve a Eloísa adulta, convertida en una maestra y rodeada de niños y niñas de rasgos diferentes, morenos, pelirrojos, negros. Ella con un collar  con un dije de bicho como para recordar siempre que ella no es de allí, y en medio de todos un bicho que indica que estas situaciones no son únicas. Se repetirán una y muchas veces más. 

Aquí se interrumpe el recuerdo, el pasado y Eloísa mira de frente, como diciendo, “y esa es mi historia”.


La isla, una historia cotidiana, de Armin Greder

Un día, llega un hombre, desnudo y delgado, en una balsa y encalla en la playa de la isla. Nadie sabe quienes es ni de donde viene, ni porque llegó allí. A los habitantes  de la isla les parece muy extraño y comienzan a discutir y a pensar que harán con él, pues no pertenece a ese lugar, no es como ellos. Lo encierran en el establo y le dan de comer sobras como a los cerdos. Pero, el extraño siente hambre, y sale a caminar en busca de comida. Allí se dan cuenta de sus necesidades y el pescador propone que se le de trabajo, pero nadie quiere. No es como ellos. Lo ven como a un salvaje que les hará daño. En este punto comienzan a crecer los temores en los isleños y suscitándose situaciones violentas y rechazo hasta que lo expulsan del lugar y para que una cosa como estas se vuelva a dar, construyen una fortaleza alrededor la isla. Se (en)cierran y muestran otras facetas del ser humano: mezquindad, egoísmo, doble moral, exclusión, intolerancia e incomprensión.

Un libro, que ilustrado con una paleta de colores en tonos negros y grises y utilizando la técnica del carboncillo, producen efectos que resaltan la agresividad, la expresividad y lo grotesco de los personajes, al mismo tiempo que marcan el ritmo de la narración. Greder impone también en su trazo la influencia del Expresionismo alemán a través del cual refleja los sentimientos y la subjetividad de los personajes. En este libro, como han apuntado algunos críticos de la literatura infantil y juvenil, se observa la influencia de Much y de Goya. Por estas características, este libro también es considerado un libro álbum para adultos. Es una obra que sitúa en la tendencia de libros crossover o dual adressee, es decir, puede llegar a varios destinatarios y sus posibilidades de lectura se amplían.



[1] Disponible en: [http://www.ekare.com/ekare/noticias/sapo-y-los-problemas-de-la-vida/]

[2] Idem.

[3] Idem.


sábado, 17 de julio de 2021

(E)migración: viajes inciertos sin retorno III

 (E)migración: viajes inciertos sin retorno

y, III

Esos viajes sin retorno

La (e)migración se configura aquí como metáfora del viaje. Una travesía de exploración y descubrimientos, tanto individuales, íntimos, como colectivos. Son una especie de pruebas preparatorias o ritos de iniciación que llevan a un crecimiento espiritual y de conocimiento del mundo, que expresa deseos profundos de cambio y de experimentar cosas nuevas. En parte, en las obras analizadas esto se hace sentir. Son viajes de aprendizaje, de adaptación, hacia o desde la memoria, o de búsqueda de la esencia del ser humano.

De esa forma, en Sapo y el forastero, vemos como se manifiesta esto por medio del tratamiento que el escritor hace de la historia, al colocar una ilustración necesaria que facilita la asociación entre lo que es leído y el pensamiento al que el texto remite, así como el desarrollo de las aventuras se lleva a cabo en ambientes familiares, en este caso el bosque. Con estas estrategias, el niño llega a comprender, a través de situaciones de causa y efecto, que no somos iguales, que debemos aprender a aceptarnos y a respetarnos. Esto el niño lector lo intuye, no se le dice explícitamente, pues el autor no pretende enseñarle algo, sino que solo se limita a mostrarle situaciones de la vida que alargan su pensamiento y lo hacen reflexionar acerca de lo leído.

En Eloísa y los bichos, el punto de vista está colocado en la protagonista que relata como fue llegar a vivir a una nueva ciudad donde todo le era desconocido y nuevo. Es una historia contada desde la memoria. Aquí el escritor y el ilustrador crean un espacio simbólico que permite que la protagonista pueda rever los acontecimientos de su infancia y construir un discurso para explicar su presente. De ese modo, vemos como el pase del presente al pasado y viceversa se produce en las guardas donde el único indicio que se ofrece es una mano de mujer adulta sosteniendo una fotografía familiar y otras colocadas sobre una mesa. Después, el relato o su viaje comienza con una pérdida, el osito de peluche en un paso de cebra y, a partir de allí, describe la forma en que se integró y adaptó a su nueva vida, como fueron los encuentros y desencuentros tanto en el laberinto de la ciudad como en el de sus emociones y sentimientos. Entonces, para la protagonista, recordar cómo fue su proceso de adaptación, que le sirvió para reafirmar su identidad e integración en esa nueva ciudad, así como le ayuda a comprender el sentido de su vida.

En La isla, una historia cotidiana, no se identifica como sujeto protagonista a una persona específica, sino que éste es colectivo, es el pueblo, una masa que rechaza todo lo nuevo, lo desconocido y que se cierran ante las posibilidades de cambio y de (re)encuentros con otros.

Las tres obras analizadas presentan a sus lectores experiencias diferentes que dan la oportunidad de diálogo y reflexión, dándoles la oportunidad para alargar sus horizontes de expectativas. Por otro lado, al presentarles más espacios simbólicos, los niños y jóvenes son capaces de aprender más, crecer interiormente, ayudándoles a comprenderse a sí mismos y a los otros.

En ese sentido, promover la lectura literaria con obras de calidad, contribuye a que los lectores se adentren en su mundo y para que tomen sus propias experiencias para interpretar lo leído, extrayendo así sus propias conclusiones, significados, opiniones, puntos de vista para después poder dialogar al respecto. La lectura entonces se transforma en un proceso activo donde intervienen los estímulos textuales y las aportaciones del receptor (Mendoza Fillola: 2007). Los estímulos textuales provienen tanto de los formatos gráficos, tipográficos, géneros literarios hasta en las formas de narrar las historias de ficción y no ficción y de atreverse a desarrollar temas controversiales, donde algunos son considerados tabús como como la muerte, la violencia, el racismo, la sexualidad y, últimamente, temas como las nuevas conformaciones familiares, el (ciber)bullying y la migración, cuya escritura creativa, como ya dijimos, puede proporcionar experiencias estéticas y de sentido a los lectores infantiles y jóvenes, a la vez que les invitan a reflexionar, discutir y reflexionar al respecto, pues son experiencias que afectan su universo cotidiano en diferentes niveles.

Para comprender lo leído, el lector integra otras informaciones y referencias para construir el conocimiento sobre determinados temas. En el caso del fenómeno de la migración, por medio de las obras analizadas obtiene herramientas para comprender diversas facetas de este fenómeno que son presentadas a través de distintos medios de comunicación y redes sociales, principalmente, donde constantemente se "postan" fotografías que muestran lo duro y doloroso que puede ser salir de sus hogares, de sus países, en busca de una vida mejor.  

Desde esta perspectiva, la lectura de obras como las analizadas ayudan a comprender el hecho real del fenómeno de la migración, en especial los hechos recientes. Ejemplos impresionantes, han sido la escena del niño sirio que yace fallecido en una playa de Grecia, después que se hundiera la barca que lo transportaba a él junto a su familia y otras personas, y el éxodo sin acompañamiento de niños, adolescentes y jóvenes provenientes del triángulo norte de Centroamérica hacia los Estados Unidos de Norteamérica.

En el caso del niño sirio, su fotografía abrió la posibilidad de diálogo y se viralizó e inmediatamente le dio la vuelta al mundo despertando muchas reacciones y protestas, entre ellas, la de un grupo de ilustradores de libros infantiles y juveniles que expresaron su tristeza, dolor y rabia por medio de ilustraciones sobre este hecho. Por un momento simbolizó el drama que sufren estas personas en medio oriente tratando de huir de la guerra y una forma de preguntarse porque suceden este tipo de incidentes.

La otra escena que se refiere al éxodo de más de 90,000 niños migrantes no acompañados, entre dos y quince años, provenientes del triángulo norte de Centroamérica, El Salvador, Honduras y Guatemala, que entre 2011 y 2021, han huido masivamente de estos países y se han aventurado a atravesar el territorio mexicano con la ilusión de poder tener la oportunidad de realizar su “sueño americano”: llegar a los Estados Unidos de Norte América. La problemática que causa este hecho es multicausal, principalmente, por factores de extrema pobreza, violencia que va desde la intrafamiliar, bullying hasta el acoso, secuestro, extorsión, violación y asesinato por parte de las maras, pandillas y otros delincuentes. En ese peregrinaje los niños, adolescentes y jóvenes están expuestos a sufrir vejámenes, hambre, zozobra, miedo, trabajo forzoso, así como de ser víctimas del narcotráfico, maras y crimen organizado o que no cumplan su deseo por haber sido capturados en la frontera por las autoridades migratorias. A esto se suma la incerteza de no saber cuántos de ellos han logrado llegar a su destino. 

A pesar de la magnitud de la noticia, que salió a la luz el 5 de julio de 2014, la misma recibió un tratamiento distinto, y a diferencia de la escena del niño sirio, este caso no se viralizó en el espacio de las redes sociales la imagen, no se colocó como bandera en los muros, Nadie se manifestó más allá de decir que era una injusticia, que los gobiernos debían intervenir, etcétera. Fue una noticia que pasó desapercibida, se prefirió no hablar de ello en este contexto. Solo se ha discutido en esferas políticas y de derechos humanos. En fin, muchos de esos niños, adolescentes y jóvenes continúan en situación de vulnerabilidad encerrados en albergues improvisados en Arizona y Texas. Allí continúan esperando más de cuatro mil niños, adolescentes y jóvenes soluciones a su situación.

  El niño ahogado se convirtió en el protagonista de una historia de ficción con final triste. El éxodo de los 90,000 niños, adolescentes y jóvenes son como el protagonista de La isla, una colectividad que debe ser encerrada para no ser vista. Al final, lo que se refleja aquí es el tratamiento de la infancia y el concepto que se tiene de ella. Se evidencia también, que es una población vulnerable a la que en sus países de origen no se les atiende en sus mínimos derechos elementales: vida, protección, salud y educación, aspectos muy alejados de las metas de desarrollo humano. Se evidencia el abandono, la negligencia, el desinterés hacia ellos. No se hace nada para frenar este movimiento migratorio. 

Por eso es tan importante la promoción de la lectura de los libros álbum como los analizados: Sapo y el forastero, Eloísa y los bichos y La isla, una historia cotidiana, su lectura permite el desarrollo de la sensibilidad de los pequeños y jóvenes lectores. Se convierten en puertas que se abren y les permiten explorar su realidad cotidiana al verla reflejada en la ficción. Detenerse por momentos en su viaje por la vida y sentarse en el banco junto al río para compartir sus experiencias, o para compartir el sentirse un bicho perdido en una nueva ciudad, o para experimentar la soledad al no comprender la desconfianza y la exclusión de los otros, son situaciones que le hacen ver el mundo con otros ojos. Y aunque son pequeñas paradas que terminan cuando cierran los libros, eso no significa que el viaje haya terminado, deben seguir adelante, para continuar descubriendo nuevos caminos entre su realidad, la memoria y la ficción. (E)migrar en y por el lenguaje, trazar rutas nuevas de viajes, marcar el camino con recuerdos, dejar huellas profundas para que otras las sigan, pues, como expresa el historiador salvadoreño, Carlos Cañas Dinarte: 

Quizá la historia y la memoria puedan ser parte de un camino para que los que claman contra las víctimas vean sus pasados y se den cuenta de que proceden de grupos que antes también fueron víctimas. Los ciclos de la vida y del desarrollo humano exigen recordar a profundidad para construir un mundo diferente, más humano y menos ajeno para muchos (2016). 

La lectura de obras como estas abren espacios simbólicos plurales, donde se combina el lenguaje verbal y el visual, que hacen posible un diálogo más enriquecedor y se desarrolla en los lectores su capacidad de observación, de inferencia y cuestionamiento, entre otras. Llevan al lector al autoconocimiento, a tener una visión crítica del mundo y a la formación de su sensibilidad estética.

 

Referencias bibliográficas
Buitrago, Jairo. Eloísa y los bichos. Bogotá: Babel Libros, 2009.
Camargo, Luis. Ilustração do livro infantil. Belo Horizonte: Le, 1995.
Cañas Dinarte, Carlos. Europa, la olvidadiza. Disponible en: [http://revistafactum.com/europa-la-olvidadiza/]
Cerrillo, Pedro, Yubero, Santiago (Org.). La formación de mediadores para la promoción de la lectura. Cuenca: Cepli, 2007.
Clark, Margaret. Escribir literatura infantil y juvenil. Barcelona: Paidós, 2005.
Gassol, Ana, Lissón, Assumpció. Realismo… ¿con apellido? En: CLIJ, número 4, marzo. Barcelona: Fontalba, 1989, p. 20-27. 
Greder, Armin. La isla, una historia cotidiana. Salamanca: Loguez, 2003.
Velthuijs, Max. Sapo y el forastero. Caracas: Ekaré, 1992.

sábado, 10 de julio de 2021

Huellas de la memoria de la LIJ-Gt

Huellas de la memoria de la LIJ-Gt.

Escenificación teatral de la obra "La Cenicienta" en el barrio popular de La Limonada, zona 5 por la Compañía de Teatro para Niños. Adaptación de René Molina. (Década de 1960).


lunes, 5 de julio de 2021

Presentan Colección Bicentenario de Poesía Infantil

Presentan Colección Bicentenario 

de Poesía Infantil






Alrededor de 80 poetas guatemaltecos de todas las épocas

regalan en esta colección.


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Colores, ilustraciones vivaces y un mar de letras para niños y jóvenes.

Durante varios años, las escritoras guatemaltecas Gloria Hernández Frieda Morales Barco recopilaron la vasta obra de cientos de poetas de América Latina. De esas horas de trabajo nacieron los títulos de poesía para la niñez: Cuatro patitos, Corazón de poesía, Tito mapache, Farolito chino, Tragamares, Con real y medio y Un pueblo de antes. La editorial Magna Terra realizó la curaduría editorial.

Debido a la pandemia, el proyecto caminó lentamente; sin embargo, meses después, se presentó un proyecto de coedición con el Ministerio de Cultura y Deportes, en coordinación con Editorial Cultura, el cual dio sus frutos al concretarse la edición de esta antología, que será presentada oficialmente en julio, según citan de parte de Magna Terra.

Antología poética para los más pequeños

Alrededor de 80 poetas guatemaltecos de todas las épocas regalan en esta colección letras intensas y la belleza de sus ilustraciones. 

Entre ellos, Juan José Arévalo, Matilde Montoya, Angelina Acuña, Margarita Carrera, Luis Alfredo Arango, Miguel Ángel Asturias, José Batres Montúfar, Rafael Arévalo Martínez, y otros más.

Las compiladoras rescataron alrededor de 27 poemas que abrevian de la tradición popular en español. También, más de 50 poetas de Latinoamérica y España acompañan con sus versos. Entre los más conocidos: Amado Nervo, Miguel de Unamuno, Juan Goytisolo, Pablo Neruda, José Coronel Urtecho, Antonio Machado, Rafael Alberti, Gabriela Mistral y Federico García Lorca.

“Editar esta colección significó para Magna Terra reafirmar aquella idea de Julio Cortázar, que la esperanza es la vida defendiéndose: regar luz ante las tinieblas que ha significado la pandemia. Quizás vale hacerse una pregunta, al seguir al poeta Jaime Sabines: ¿Qué puede decir la poesía hoy? Lo dijo en su momento: La poesía sirve para ayudar a las gentes que se ponen a contemplar este mundo destruido”, expresó el poeta, escritor y editor Gerardo Guinea Diez.

De algún modo, agrega Guinea, la Colección Bicentenario de Poesía Infantil sea la locura de los poetas y el frenesí de una flor abriéndose a la luz. “También hay que observar a los editores de esta en el vaivén de perder o ganar. Preocupados, confían en resistir. Todos los que nos dedicamos a los libros eso hacemos, día a día”.  


Foto: Alberto Álvarez

Diario de Centro América, página 12.


domingo, 4 de julio de 2021

El arte de leer en Guatemala

El arte de leer en Guatemala

Reseña por Jazmin Villagrán Miguel


Este libro es el resultado de una investigación avalada y publicada en 2019 por la Comisión de Investigación del Arte en Guatemala - CIAG – del Departamento de Investigación Artística de la Dirección General del Fomento de las Artes del Ministerio de cultura y Deportes de Guatemala; realizada por la Doctora Frieda Morales Barco, especialista en Literatura Infantil y prácticas de lectura.

    El arte de leer en Guatemala relata de manera cronológica todos los sucesos que conformaron el contexto nacional en el que surgen las primeras instituciones educativas para la niñez guatemalteca, desde 1750 hasta la década de 1950. Cita cuáles fueron aquellas primeras escuelas fundadas en el país, especialmente las que se instauraron en la Nueva Guatemala de la Asunción; cuáles eran las metodologías de lectoescritura utilizadas por los maestros de cada época y los libros con los que se les enseñaba a leer y a escribir a los niños guatemaltecos.

   Se refiere también a las bases constitucionales que nutrieron el sistema educativo nacional, así como las campañas, programas, políticas y leyes implementadas para conseguir alfabetizar a la sociedad guatemalteca. Cabe mencionar que algunas de estas iniciativas pretendían ir más allá de educar e instruir a la niñez. Pretendían introducir a estos lectores jóvenes en el mundo de una literatura especialmente hecha para ellos. En esta instancia, la investigadora indica quienes fueron aquellos primeros actores en la producción literaria para niños de la época; producción que incluía no solo libros si no también obras de teatro y revistas. Lamentablemente muchas de estas iniciativas, las cuales se pueden catalogar como innovadoras e incluso, adelantadas para su época, no recibieron más que críticas y obstáculos para poder trascender y desarrollarse.

    En los anexos hace un análisis pormenorizado del material utilizado para enseñar a leer y a escribir en las primeras escuelas guatemaltecas; detallando el nombre del autor, pie de imprenta, estado del libro, entre otros. También hace un recorrido por las primeras bibliotecas creadas y las primeras iniciativas llevadas a cabo en materia de promoción de lectura.

  Los acontecimientos históricos descritos por la investigadora, demuestran cómo el ambiente social y político, el cual fue transformándose a lo largo del tiempo, fue transformando, a su vez, las acciones tomadas en el ámbito educativo. Estas acciones respondían a necesidades específicas de cada gobierno instaurado en el poder, lo que cual dio como resultado una fragmentación en la línea del proceso de formación de una sociedad, en su totalidad, lectora y por ende culta.

    Conocer los esfuerzos e iniciativas, públicas y privadas, que se llevaron a cabo en años anteriores, para disminuir los altos índices de analfabetismo en un país con características culturales diversas, ayuda al lector a comprender que enseñar y aprender a leer y a escribir no es el objetivo final, sino más bien, es el primer paso en el proceso de la formación de lectores competentes.

    La investigadora describe al lector competente como aquel que no solo es capaz de comprender lo que lee, sino también lo que escribe; es alguien que posee una actitud crítica ante las situaciones que se le presentan en la vida.

   ¿Por qué es importante leer? Es posible que, actualmente, la mayoría de personas tienen conocimiento de la importancia que la lectura tiene para un individuo; se estimula la imaginación, se enriquece el vocabulario, se incrementa el conocimiento, entre otros. Todos estos aspectos mencionados se tienen en cuenta dentro de un ámbito puramente académico. Pero que sucede cuando este individuo forma parte de un conjunto social, fuera de las instituciones educativas; cuando se desarrolla en un ambiente cultural y socialmente diverso.

    Una de las conclusiones que se presenta en El arte de leer en Guatemala es que la visibilidad de todas las etnias que conforman el territorio guatemalteco, es un aspecto que no sea tenido en cuenta en todas las iniciativas llevadas a cabo, en materia de educación y formación de lectores. Esta conclusión decanta en una serie de preguntas, además de otras preguntas que la investigadora nos invita a reflexionar, ¿Qué identidad se está formando el lector guatemalteco joven con la literatura que consume? ¿Qué literatura se produce en Guatemala? ¿Qué literatura, en general, consume el lector guatemalteco? ¿Leen los guatemaltecos? 

Libros sobre la historia de la LIJ de Guatemala

 Han de estar y estarán…Literatura Infantil de Guatemala

 Reseña por Araminta Gálvez


El libro, “Han de estar y estarán…Literatura Infantil de Guatemala”, escrito por Frieda Liliana Morales Barco, editado por Letra Negra en 2004, surge de su tesis de doctorado “Tras las huellas de la literatura infantil en Guatemala”, como parte del programa de pos graduación realizado en Brasil, fruto de una larga investigación acerca de los materiales de lectura, que a lo largo de la historia, transitaron en la sociedad guatemalteca, teniendo principalmente como sujeto al niño y considerando la literatura como un saber cultural.

    Para la investigadora, quien define la literatura infantil y juvenil (LIJ) como un concepto heterogéneo e interdisciplinario, con calidad estética y ética que busca que el niño se adentre en el universo de la palabra y en ella se realice y tome conciencia de sí mismo y de los otros, es imprescindible seguir el rastro de las fuentes de la LIJ de Guatemala, para conocer su historia y fundamentalmente para saber quiénes somos y para dónde vamos y podernos ver frente a ese “otro” que también es parte de nuestra historia, para generar una cultura colectiva que conduzca a crear una LIJ guatemalteca multi (inter) (pluri) cultural.

    El recorrido a través de la historia buscando ese rastro, ha sido extenso. El primer capítulo del estudio parte de un marco global que ilustra la expansión iniciada en Europa en el siglo XV, haciendo un recorrido por la conquista de América, división de las tierras conquistadas y las luchas por la independencia.

    Hace un recorrido a  lo largo de 180 años de vida independiente, con procesos que buscan una mejor forma de organización social. Se enfatiza la caracterización de la formación de la República Constitucional de Guatemala, principalmente, a partir de la Reforma Liberal (1871-1898) y se hace un recorrido por las primeras medidas políticas a nivel político y, sociocultural. En el campo literario y en la plástica se destacan los personajes guatemaltecos que han sobresalido, así como el surgimiento de instituciones que promueven la cultura.

    En el capítulo II, la investigadora hace una segmentación entre la LIJ escrita y la oral de tradición popular en el contexto de una nación multiétnica, pluricultural y plurilingüe. En un primer momento la educación y la lectura se someten a las propuestas ideológicas y pedagógicas  del proyecto de modernización del Estado. Asimismo, hace una descripción de los libros y textos que fungieron como los primeros libros de lectura para niños en las escuelas públicas y privadas de Guatemala.

    Según la investigadora, estos libros pueden considerarse como emancipatorios puesto que dotaron de imaginario a los pequeños lectores y contribuyendo a crear hábitos de lectura.

    El capítulo III se ocupa de la escuela como una institución clave que ha garantizado la formación de la infancia, siendo los maestros quienes han provisto los materiales de lectura a la infancia guatemalteca durante su vida independiente, creando una literatura psicopedagógica antes que estético literaria.

    La investigadora se refiere a las reflexiones vertidas por varios autores acerca de la definición de niñez, qué es la LIJ, cuál es el valor educativo y papel de la escuela para estimular la lectura de literatura, qué hacer, cómo, cuándo y dónde usar la LIJ, entre otras interrogantes. Asimismo, señala que en un principio, el niño fue visto como un pequeño adulto, al que, por medio de la literatura vehiculada en los libros de lectura, se le debía formar para que fuera ese futuro ciudadano que pudiera representar a la sociedad ladina en construcción.

    Los primeros pensadores de la LIJ en Guatemala se preocuparon de implementar y capacitar a los maestros para dotarlos de materiales, recursos y metodologías de enseñanza para seleccionar libros para niños que incidieran en su educación formal, fundamentalmente de poesía.

    Durante la década de 1990 se produce  un auge de desarrollo artístico, gracias a la apertura política  durante las negociaciones de paz; y las casas editoriales invierten en edición de libros de LIJ y promoción de la lectura.

    La investigadora se refiere también a la importancia del teatro infantil y juvenil que además de entretener y divertir era usado como un recurso didáctico. Según Morales Barco, el teatro es una forma literaria por medio de la cual se puede ambientar al niño en la magia de su pensamiento, a través de la representación poética de diversos mundos animados e inanimados, que cobran vida gracias a su infinita fantasía e imaginación.

    Dentro de las primeras manifestaciones de la LIJ en Guatemala,   se muestra una evolución y desenvolvimiento marcado por la creación de libros de aprendizaje de la lectura, libros de lectura morales y de buenas maneras que tratan de expresar la idiosincrasia e identidad del guatemalteco emergente y al mismo tiempo ayudaron a las prácticas de lectura y a la propagación del idioma español.

    El segundo gran momento de la LIJ de Guatemala está ligado a la escolaridad, a la legislación y a las principales corrientes de los estudios de psicología infantil en boga durante las primeras cuatro décadas del siglo pasado.

    En 250 páginas la autora reconstruye la historia de la LIJ guatemalteca, concluyendo que al día de hoy los guatemaltecos, además de promover la práctica de la lectura exigiendo la creación de libros con calidad literaria que contribuyan a paliar las necesidades educativas y de alfabetización, debemos buscar los mecanismos discursivos que nos identifican y que nos puedan unir en la diversidad, dándonos visibilidad a todos los guatemaltecos por igual. Afirma que es necesario buscar nuevas formas para el sistema de representación cultural del país y que esta historia no se ha acabado… apenas empieza…