jueves, 16 de diciembre de 2021

Un día como hoy, pero en 2015.



Con mucho orgullo y con el pincel en alto, hemos cruzado el charco. El trabajo plástico de Jazmin Villagrán Miguel, ilustradora de libros de LIJ de Guatemala, nacida en Puerto Barrios, Izabal, fue incluido en el catálogo de la Bienal de Bratislava, edición conmemorativa de los 50 años de la BIB, 2015.

Participaron ilustradores de 50 países, de los cuales 5 son de Latinoamérica: México, Colombia, Chile, Brasil y Guatemala.

Esta ilustración está incluida en el libro "Diez ositos", teatro infantil de Guatemala, de Frieda Morales y Gloria Hernández, Guatemala: Alfaguara, 2014.

¿Qué es la Bienal de Bratislava?

La Bienal de Bratislava es una prestigiosa exposición internacional de ilustraciones para libros infantiles y juveniles, organizada por el Ministerio de Cultura de la República de Eslovaquia, el Comité de Eslovaquia de la Unesco y la Casa Internacional de Arte Infantil. La bienal premia, cada dos años, los trabajos de los mejores ilustradores e ilustradoras de todo el mundo. Un jurado internacional de personas expertas decide los premios de la Bienal de Bratislava de Ilustraciones para libros infantiles y juveniles. 

Para saber más, pincha en esta liga:

sábado, 20 de noviembre de 2021

Cartografiando la publicación de la LIJ de Guatemala

Desde aquí han escrito la LIJ de Guatemala:



Fuente: Frieda Liliana Morales Barco.
 

jueves, 11 de noviembre de 2021

Reseñas LIJ-Gt: Tejido de sueños

 Frieda Liliana Morales Barco



La poesía es un juego con las palabras. En ese juego, cada palabra puede y debe significar más de una cosa al mismo tiempo: eso ahí también es eso aquí. Toda poesía tiene que tener una sorpresa. Si no la tiene, no es poesía: es solo una cosa más…

José Paulo Paes, poeta brasileño


En Guatemala, muy raras veces, se presenta la oportunidad de ofrecer al público infantil un libro dirigido a ellos, en este caso uno de poemas. Este es un acontecimiento que debemos celebrar con mucha algarabía. Ojalá sea tanta la bulla que hagamos que llegue a los oídos de otros poetas para que se animen a escribir para los niños y niñas de este país. Que dejen de considerar que el género “Literatura Infantil” no existe, o que es marginal u otra cosa parecida.

Existe y ha existido desde el siglo XIX hasta la fecha y, en este lapso, se han publicado más de quinientos títulos. De entre los cuales algunos han sido calzados por escritores como Luis Alfredo Arango, Mario Monteforte Toledo, Luis de Lión, Miguel Ángel Asturias, Ricardo Estrada h., Angelina Acuña, Francisco Morales Santos, Manuel Galich, Lionel Méndez D´Ávila y, últimamente, Humberto Ak´abal, Rigoberta Menchú Tum, por ejemplo. Pero, la gran mayoría, ha sido escrita por docentes egresados de la carrera de magisterio de las diferentes escuelas normales del país.

Por otro lado, en este lapso ha emergido, se ha conformado y organizado el sistema literario infantil. Ha habido reflexión y teorización, lo que dio como resultado el surgimiento de tres libros fundamentales: “Prontuario de Literatura Infantil” (1950) de Daniel Armas, “Literatura Infantil: condiciones y posibilidades” de Rubén Villagrán Paúl (1954) y “Literatura Infantil” de Adrián Ramírez Flores (1968). A la fecha, todavía siguen siendo las bases del curso de Literatura Infantil en las Escuelas Normales y de Magisterio. Paralelo a estos textos de teoría, en 1948, la profesora y dramaturga Marilena López crea la Revista infantil “Alegría”, la cual sirvió de campo experimental para la publicación literaria destinada a la infancia. Duró veinte años con tirajes de hasta 10,000 ejemplares repartidos gratuitamente en las escuelas de Guatemala y en las de Latinoamérica. Esa fue la época de oro de la Literatura Infantil nacional que dio frutos duraderos y consolidó, en este género, a un grupo de escritores como Marilena López, Adrián Ramírez Flores, Romelia Alarcón Folgar, Alicia Folgar Alarcón, Óscar de León Palacios, Alfredo Balsells Tojo, Mario Álvarez Vásquez, Jaime Barrios Archila, Ligia Bernal, Gilberto Zea Avelar, Valentín Abascal, Clemencia Morales Tinoco, Reinaldo Alfaro Palacios.

En cuanto a la producción poética para niños, específicamente, ésta fue inaugurada en 1929 con la aparición del libro “Mi niño, poesía infantil” del profesor Daniel Armas, considerado el padre de la literatura infantil nacional. Este libro entre otras cosas, tiene la importancia de ser el primer libro escrito en Guatemala dirigido a un público determinado: el de los niños.

El mismo profesor Armas dice que escribir poesía infantil es un reto y que la misma sólo estará plenamente realizada si es capaz de aproximarse al lector, crear imágenes, sonidos, ritmos que lo hagan jugar con el lenguaje y descubrir nuevas formas de relacionarse con el mundo. Siendo, pues, la poesía una creación artística por excelencia, la misma garantiza su calidad estética cuando no traiciona al pequeño lector, queriendo enseñarle algo como si fuese un instrumento de aprendizaje puro y simple. El poeta, en este caso, debe ser capaz de crear lo que en la teoría de la Estética de la Recepción se denomina de “vacíos. Ya que, los vacíos que una obra de arte abre a la acción del lector para que éste se convierta en coautor, es lo que posibilita el rompimiento de su propio horizonte de expectativas. Y, obviamente, la perspectiva del niño es fundamental para que pueda encontrar resonancias de sus cuestiones más apremiantes en las entrelíneas de los textos.

Este es el caso del poemario “Tejiendo sueños” de Francisco Morales Santos. Es un conjunto de versos marcados por un proceso de vida esperanzador. Cíclico. Pues, abre con el poema “Retoño”, palabra que invita a ser anuncio y cierra con una certeza de continuación en los últimos tres poemas: “Arco iris”, “La alegría de quererte” y “Como un árbol”. Son sentimientos que, para el pequeño lector, se traducen en vitales porque le dan seguridad y le afianzan el sentido de la vida.

                              Retoño

Cuando supe
Cuque pronto llegarías
abrí tremendamente
los ojos y la boca,
como si le buscara
una estrella nueva
al cielo.
Y en ese mismo instante
brotaron de mi pecho
jazmines, rosas, nardos
y tantas otras flores,
porque para nombrarte,
hay que ir al jardín de las palabras.

Este movimiento se transforma en una especie de rito de iniciación que permite al ser humano pasar, simbólicamente, de un estadio de la vida a otro. Además, ese movimiento no solo se presenta a nivel de la expresión, sino que también se da al nivel de las imágenes que crea, como por ejemplo en los poemas “Girasol” (p. 17) y “Plana de Amor” (p. 11) donde las imágenes que evocan son, por un lado, la transformación del día por el movimiento alrededor del astro rey. Sol, que en este caso, es el niño. Por otro, el establecimiento de los puntos cardinales que caracteriza a la cosmovisión indígena maya de vivir en concordancia con la naturaleza y, por último, concretiza la visión del dibujo clásico que todos los niños en algún momento de su vida hacen: dos montañas unidas con un sol radiante en medio y un hilito de agua atravesando un valle verde.
        Lo anterior, se afianza, también, por medio de los recursos literarios que utiliza el poeta como una manera de abrir espacios para el juego poético y ficcional que se establecerá con el lector infantil. Lo ficticio, en el decir de Wolfgang Iser, presiona  al imaginario a asumir una forma, ofreciendo, entonces, la condición constitutiva para lo estético. De ese modo, si la coexistencia de lo ficticio y de lo imaginario es lo que marca el juego estético de la literatura en general, lo que determinará la especificidad estética de la literatura infantil es la posibilidad de alcanzar “el máximo de imaginario en el mínimo de discurso”. Algunos recursos son:
  • Los poemas, en su mayoría son redondillas mayores, o sea cuadras, que facilitan la lectura y otorgan un ritmo suave permitiendo visualizar las imágenes que el poeta crea.
  • Las imágenes, a su vez, son simples, las coloca al alcance de la comprensión infantil, lo que favorece la elaboración de sentidos de los poemas y ayuda a crear un nuevo imaginario.
  • Asimismo, el uso de estrofas y versos cortos permite decir mucho en pocas palabras. Esto origina la ambigüedad que, por otro lado, no hace más que otorgar pluralidad de significaciones permitiendo hacer una lectura múltiple de los poemas.

Un aspecto que no hay que dejar escapar en un texto para niños es la ilustración. Éste va de la mano del discurso textual, pues ofrecen recursos narrativos propios que ayudan a expandir el imaginario y la fantasía en los niños. O sea, que ésta no cumple una función meramente decorativa o de significado literal, va más allá de eso. Porque, para el niño, en su recorrido de adquisición del discurso, es justamente la convergencia de la ilustración, del texto y del proyecto gráfico lo que construye la unidad y los sentidos de la obra de literatura infantil. Pero, ¿y la ilustración de este libro? ¡Ah, esa es una misa para otro domingo!
           En fin, como un todo, este nuevo poemario que nos obsequia Francisco Morales Santos es un homenaje a la vida. Son veintiún poemas que forman una telaraña colorida de sonidos, emociones, sentimientos, ternura, pero sobre todo, es un texto donde cada verso es un rayo de luz que crea un bello arco iris, que corona al niño-gira-sol que camina lentamente, día con día, de levante a poniente trazando su propia historia.
        Son versos que celebran la vida con palabras de esperanza. Celebrarla así, es revitalizar el sentido de la vida en los niños en un mundo tan lleno de desconsuelos como el que experimentan actualmente.
        Celebrar la vida con palabras a través de los sueños que se hacen realidad hoy y que el poeta nos los entrega con la delicadeza con que se entrega a un niño recién nacido a su madre es ayudar a la construcción de un mundo mejor. 


*Texto escrito para la presentación de este libro en el año 2009.

jueves, 4 de noviembre de 2021

Catalogo inventario de la LIJ indígena de Guatemala

Frieda Liliana Morales Barco

El material que se presenta es resultado de la investigación, sistematización y elaboración durante 2014 de un “Inventario de la literatura infantil y juvenil indígena xinka, mestiza y  garífuna de Guatemala” compuesto por los siguientes productos: un catálogo que contiene las fichas de registro de los libros de este género publicados durante el período de 1960 a 2014; un inventario por idioma; un inventario por institución que publicó estos libros.

El desarrollo de esta investigación llega en el justo momento en que se está tratando de rescatar lo que existe de literatura infantil y juvenil indígena maya, xinka y garífuna de Guatemala, tanto la escrita en castellano como en sus diferentes idiomas, como un apoyo que contribuya a salvaguardar el patrimonio tangible del país. Entre los resultados destaca la alta producción en idiomas Kaqchikel, K´iche´, Q´eqchi’, Ixil y Mam y la escasísima en idiomas xinka y garífuna. Asimismo, los géneros predominantes son el cuento, la poesía y la tradición oral y popular.

LIJ indígena de Guatemala: Géneros literarios publicados entre 1960-2015


Los resultados de esta investigación los pueden consultar por medio de estas ligas:

[https://mcd.gob.gt/wp-content/uploads/2016/01/Catalogo-por-Idioma.pdf]

[https://mcd.gob.gt/wp-content/uploads/2016/01/Catalogo-por-Institucion.pdf]


martes, 2 de noviembre de 2021

Influencia de la situación social de la infancia guatemalteca para el desarrollo de la literatura infantil y juvenil nacional

 Frieda Liliana Morales Barco


Resumen:

Para entender al sujeto receptor de la literatura infantil y juvenil de Guatemala es necesario conocerlo. En ese sentido, este artículo presenta un enfoque cualitativo por medio de un método bibliográfico e historiográfico que permitió estudiar el proceso histórico de configuración de la noción de infancia en el país. Para el caso, se dividió  en  tres  partes:  (1)  se  describió  la  formación  este  concepto  en  Occidente  y,  luego,  como  se  concibió  en  el país desde el período colonial hasta la actualidad; (2) se exploraron aspectos jurídicos y socio-históricos; (3) se reseñaron aspectos específicos de la literatura infantil y juvenil y sobre el acceso a la lectura y los libros. Los datos obtenidos apuntan, por un lado, hacia la comprensión de la infancia guatemalteca desde un punto de vista proteccionista y no de formación ciudadana, lo que, por otro lado, evidencian los factores que influyen en el poco desarrollo del hábito y el gusto por la lectura. En ese sentido, es necesario seguir indagando sobre la infancia para que los especialistas, investigadores, mediadores, docentes, bibliotecarios puedan aproximarse a esta literatura con otra mirada.

Para leer artículo completo, ir a:


miércoles, 27 de octubre de 2021

Marilena López y la promoción del teatro de títeres en Guatemala

Frieda Liliana Morales Barco




ResumenAntecedentes del arte de teatro de títeres en Guatemala se encuentran en la cultura maya y han quedado plasmados en estelas. Sin embargo, los títeres tal cual se conocen actualmente vinieron a Guatemala en el año de 1789 en el carromato del mexicano Lacalzada, quien presentaba funciones en las fiestas religiosas de la ciudad capital. A finales del siglo XIX, aparecen personajes icónicos como el Peruchillo y Gertruditas por el barrio de La Parroquia. No obstante, es a partir del año 1948, cuando el teatro de títeres en el país toma un nuevo impulso de la mano de la escritora de literatura infantil Marilena López. Ella crea la primera compañía de teatro de titéres Ella crea la primera compañía de teatro de títeres, a la que le siguen otras fundadas en las escuelas normales así como influye en la realización los festivales de teatro de títeres hasta la década de 1970. Asimismo, dejó profundas huellas que se reflejan en el quehacer del teatro de títeres actual.

Para leer artículo completo, ir a:



viernes, 22 de octubre de 2021

Catálogo electrónico de la LIJ de Guatemala

Frieda Liliana Morales Barco

https://digi.usac.edu.gt/bvirtual/informes/informes2012/INF-2012-20.pdf




Ludoteca: Un modelo acertado de formación de lectores

Resumen:

Este artí­culo describe la experiencia de la implementación de la metodologí­a de animación a la lectura denominada ludoteca para la formación de lectores. Está diseñada como un centro multimedios, cuyos elementos integrantes permiten la promoción, fomento y difusión de las prácticas de lectura en y desde diversos contextos. La misma se puso en marcha en 2004 por medio del programa municipal Por el placer de leer. A partir de entonces se ha venido experimentando diversas estrategias y ampliando esta metodologí­a para la formación de lectores en espacios como los programas municipales Sendero del arte y Juguemos a jugar; Fomento del hábito lector, organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID); y el Programa Nacional de Lectura A leer se ha dicho, del Ministerio de Educación de Guatemala. Al mismo tiempo, para que esta metodologí­a se consolide se ha apoyado en estudios teóricos sobre la literatura infantil y juvenil (LIJ) de Guatemala, que describen su emergencia, formación y desarrollo en el paí­s.


 Frieda Liliana Morales Barco

Artículo publicado en la revista "Ciencias Sociales y Humanidades, volumen 1, número 1, años 2014. pp. 16-27. Dirección General de Investigación -DIGI- de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Para lectura, ir al link:

[https://digi.usac.edu.gt/edigi/pdf/csh11.pdf]

[https://revistas.usac.edu.gt/index.php/csh/article/view/15/16]

miércoles, 20 de octubre de 2021

La literatura infantil y juvenil también se escribe con una pluma de serpiente

 Frieda Liliana Morales Barco 

Nuevo signo, nuevos tiempos

El año de 1968, es considerado un año simbólico, icónico, marcante en el mundo por las diversas manifestaciones socioculturales realizadas en muchos países, cuyas implicaciones históricas, políticas, socioeconómicas y culturales afectaron en muchos sentidos a la sociedad. Específicamente, para Guatemala, ese año fue una etapa convulsa y violenta, de mucha tensión, por el recrudecimiento a lo interno del país de la lucha armada entre las fuerzas militares y la guerrilla. En la Ciudad de Guatemala, como dijo Delia Quiñonez en una conferencia reciente en la Feria Internacional del Libro de  la República Dominicana, el ambiente estuvo turbado por las “jornadas cívicas de marzo y abril en donde el movimiento estudiantil y principalmente el movimiento estudiantil de secundaria se oponían a ese momento de terror y corrupción y de falta de gobierno”. Había mucho temor, angustia e inseguridad, situación que influía también en la vida artística. Muchos escritores se habían ido al exilio después de los sucesos de 1954 y de los ocurridos en los años posteriores y que dejaron un gran vacío intelectual.

Ese vacío fue llenado más tarde con el surgimiento del Grupo Nuevo Signo integrado por Antonio Brañas (1920-1988), Julio Fausto Aguilera (1929), José Luis Villatoro (1932-1998), Francisco Morales Santos (1940), Delia Quiñonez (1946), Luis Alfredo Arango (1936-2001) y Roberto Obregón (1940-1970), para quienes, siguiendo las palabras de Delia Quiñónez, su surgimiento:  

Fue un acto real que respondió al momento que vivíamos y que nos impulsó sin objetivos específicos, sin interés en convertirnos en grupo generacional. Sin embargo, el hecho de que todos hayamos construido una obra personal a lo largo de cinco décadas, nos sigue unificando en un solo propósito, un lenguaje estético de cara a la realidad social de nuestro país (FILRP, 2018). 

            Ellos fueron coherentes con su tiempo. En su producción poética utilizaron “un léxico y una sintaxis extraídos de la comunicación cotidiana y en fincar una síntesis entre lo imaginario y lo inmediato real, sin despreciar el valor intrínseco de la palabra (Albízurez, 1993: 10). Era un lenguaje coloquial que les permitía, entre otras cosas, llegar con más facilidad al público lector. Era vital “expresar pensamientos que fueran conocidos por otras personas, queríamos cambiar la temática de la poesía que se escribía en ese momento. Necesitábamos profundizar en la problemática que estaba atravesando el país, cuidar el lenguaje, darle una calidad, nos unimos tratando de hacer autocrítica (Quiñonez, FILRP, 2018)”.

            Además de eso, uno de los miembros del grupo, Francisco Morales Santos, se convirtió en una especie de guardián de la memoria poética al convertirse en un impulsor y editor de una serie de cuadernos escritos por poetas jóvenes y contemporáneos a su época bajo el sello Ediciones Nuevo Signo, y tal como lo indica Iván Barrera, los primeros libros editados fueron: 

Nimayá, de Francisco Morales Santos; Barro pleno, de Delia Quiñónez; Transportes y mudanzas, de Antonio Brañas; Pedro a secas, de José Luis Villatoro; Guatemala y otros poemas, de Julio Fausto Aguilera; Canción de los dos caminos, de Ligia Bernal de Samayoa; y, Arpa sin ángel, de Luis Alfredo Arango (El Imparcial, 2 de diciembre de 1968: 13). 

Y, En palabras de Morales Santos: 

A decir verdad, no estábamos pensando propiamente en un grupo, sino en encontrar un canal, una salida para expresar nuestra poesía, ya que el acceso al círculo cultural de entonces se nos obstaculizaba tremendamente. ¿Cómo resolverlo? –Pensé–, y se me ocurrió la idea de imprimir en el mimeógrafo de Bellas Artes. La meta era divulgar poesía, buena poesía sin restricciones generacionales”. Entre 1968 y 1970 publicaron más de 10 plaquettes y el libro colectivo Las plumas de la serpiente (Esquisses, 2017). 

Asimismo, Barrera agrega, al respecto de los colectivos o grupos literarios que: 

No hay en Guatemala conciencia de un movimiento, sino un aislacionismo crónico difícil de superar. Hace falta el espíritu de aventura, de exploración que caracteriza a los movimientos contemporáneos en la literatura. Por ello merece simpatía que se muestre la poesía, que llegue a quienes deben leerla, y se pueda percibir más tarde el estímulo necesario, por medio de la crítica, de la valoración y no de la adulación, ni del elogio gratuito (El Imparcial, 2 de diciembre de 1968: 13). 

            Por esa razón, no fue quedarse solamente con las obras escritas y publicadas, fue ir más allá. Por eso, también, iniciaron las jornadas de lectura en voz alta que realizaban en hospitales, cárceles, hospicios, escuelas y en todos aquellos espacios donde quisieran oírles. Sin embargo, esta actividad cesó por la muerte trágica de Obregón, pero no significó que cada uno dejara de escribir, lo hicieron con más ahínco. Esto lo reafirma Delia Quiñónez al decir:

Fuimos y seguimos siendo siete, número cabalístico que enlaza días, colores, alegrías, trabajo, amistad, tristeza, lucha interior, canciones y batallas con o sin recompensas, vida y muerte. Y seguimos deambulando unidos e independientes amarrados al tiempo y despidiéndonos de él sin rencores y con una sonrisa (FILRP, 2018).  

Y seguirán siéndolo, en lo individual y en lo colectivo. Siete por siempre. Porque, como lo expresó Julio Fausto Aguilera, en 1971, la aparición del colectivo la definió como “Esta es la palabra que apenas que apenas empieza a escucharse, somos la voz del presente y del futuro y tenemos la música que suena en los grandes silencios del pasado”.

Esas voces siguen aún retumbando en oídos nuevos y no sólo de jóvenes o adultos. También resuenan en los de los niños guatemaltecos por medio de las palabras que susurran a sus oídos voces como la de Delia Quiñónez, Francisco Morales Santos, José Luis Villatoro y Luis Alfredo Arango y, para quienes el silencio aún es lejano.

La literatura infantil y juvenil y los poetas de Nuevo Signo 

“Los niños son el futuro”. Una frase que da mucho que pensar cuando un artista crea para ellos, específicamente. ¿Qué es escribir para la infancia? Una pregunta para algunos fácil de responder, para otros no. Es algo complicado.

El adulto en sí, tiene el pasado y el presente con él. Al futuro, lo persigue incesantemente. Es una carrera a ciegas. Pero, el futuro es como una gota de mercurio que, al tocarla, cambia de forma y no vuelve a la apariencia original. Se rompe. Unirla requiere mucho esfuerzo y, si se logra, alguna partícula se queda en algún lugar. No vuelve a ser igual. El futuro no se piensa hacia adelante, se piensa hacia atrás. Se hace así, para que el ser humano que nos precede sea mejor.

Sin embargo, el adulto cuando escribe para niños, la mayoría de veces, solo piensa en la parte normativa, de ahí que casi siempre caiga en la trampa de las moralinas y la pedagogía, de que al niño hay que disciplinarlo, corregirlo desde chiquito. Pero, ¿para qué? ¿Así llegará a ser un “adulto correcto”? ¿Ese es el “ADN” de la herencia burguesa?

Eso es lo que algunos artistas siempre han creído y el ciclo raras veces se rompe. El artista debe comprender que cuando crea para la infancia no debe reflejar el niño que fue o que deseó ser. Debe mostrarle la emoción de estar vivo, de sorprenderse, debe inculcarle la curiosidad. En ello debe experimentar el miedo, la tristeza, la felicidad, el amor. ¡Aquí y así se forja el futuro! Un futuro escrito a través de palabras que brillan como puntitos titilantes de luciérnagas que se plasman en hojas blancas.

La literatura infantil y juvenil es literatura. Es arte. Es palabra viva, expresión y comunicación. Los escritores que producen obras para el público infantil y juvenil tienen igual importancia. Aquellos no son más ni menos porque se escriban para ellos. Son importantes, así como lo expresa el poeta Zipfel García: 

La importancia real de los escritores es que imprimen cierto ímpetu a lo que ya está en movimiento. Se les considera como modelos literarios y la imitación de sus excelencias literarias, lleva a imitar su lenguaje en aquella parte que de otro modo no se hubiera escrito ni hablado en la lengua común nacional y de esta suerte, su idioma pasa a ser conocido por círculos más amplios que el habla de otros individuos particulares (el Imparcial, 8 de julio de 1968: 9). 

Una gran responsabilidad que algunos de los poetas de Nuevo Signo asumieron al publicar libros para la infancia guatemalteca.

Por ejemplo, Delia Quiñónez escribió el libro de cuentos titulado “Cuentos ecológicos” (2001 primera edición; 2009, segunda edición), en la Colección Toro toro gil número 8, de la Editorial Cultura.    

José Luis Villatoro publicó en 1991 una serie de ocho libros basados en el Popol Vuh adaptados para el público infantil.

Luis Alfredo Arango y Francisco Morales Santos son los que más han publicado para niños desde 1980. Arango inició con la publicación de una biografía de doña Dolores Bedoya de Molina (1983), luego participó en el proyecto Cuentos y leyendas de las regiones de Guatemala de la Editorial Piedra Santa, coordinado por la licenciada Ofelia Columba Déleon, investigadora del Centro de Estudios Folklóricos -CEFOL- de la Universidad de San Carlos de Guatemala, como parte de la edición conmemorativa del X aniversario de la revista infantil Chiquirín de la mencionada editorial, en 1984.

En 1992 Arango publicó en México la novela juvenil titulada "El país de los pájaros". Esta obra formó parte del proyecto de acervos literarios para bibliotecas escolares promovido por la Secretaría de Educación Pública -SEP- de aquel país. En Guatemala, el libro sólo fue conocido tres años más tarde cuando publicado por la editorial Artemis y Edinter en la colección de libros de bolsillo “Ayer y hoy”, cuyo fin era rescatar la obra de autores guatemaltecos que, por diversas razones, se han dejado de publicar.

Esta novela de Arango posee un pequeño prólogo realizado por escritor y poeta Francisco Morales Santos y a la fecha se encuentra en más de cinco ediciones. Tiene su antecedente literario en su propio libro titulado “Cuentos de Oral Siguán” (1970).

La novela "El país de los pájaros", narra las aventuras de Osvaldo, más conocido entre sus amigos por el nombre de Subalguá. Él es un niño que puede convertirse en el pájaro que quiera después de leer las palabras mágicas de un libro encontrado por casualidad y escrito por un tal Oral Siguán, "escritor desconocido que nació en Palincaj -nombre que en idioma de los indígenas quichés de Guatemala significa "frente al cielo (p. 7)” y que puede convertirse en el pájaro que desee, tal como en el cuento de 1970. La obtención de estos poderes, además le proporcionar un arma especial para ayudar a sus amigos a derrocar a los enemigos del pueblo que quieren aprovecharse de las riquezas que sus tierras poseen, le brindan la oportunidad de sentirse libre. De ahí que por medio de esta experiencia el protagonista también pase a tener una doble vida que ocurre entre el cielo y el suelo y viceversa, transfigurándose en toda clase de pájaros. La aventura se siente y el lenguaje utilizado es coloquial sin caer en lo soso o ñoño.

Con esta obra, Arango reconoce “su deuda a la tradición oral guatemalteca”, hasta el momento veta fundamental de su producción infantil.

Francisco Morales Santos en su experiencia de escribir para niños y jóvenes ha transitado por varios géneros, poesía, cuento y tradición oral. También aquí, sigue siendo coherente con su función de guardián de la memoria, organizando una antología de poesía para niños, como “Poemas escogidos para niños” (Piedra Santa, 1987) y participando con su propia producción en otras como “Mis 24 pasteles” (Piedra Santa, 1980), en el cual se encuentra la génesis de los poemas publicados en su libro de poesía infantil “Ajonjolí” (1997) y “Con sol y son” (2000), antología de poesía infantil latinoamericana organizado por Mabel Morvillo. Asimismo, ha rescatado y publicado los libros de infantil y juvenil y trabajos teóricos de Luis de Lión, permitiendo con esto que su obra no quedara en el olvido.

Morales Santos, como Arango, también participó en el proyecto de tradición oral y popular desarrollado por la editorial Piedra Santa en 1984. En esa colección publicó “Por qué el conejo tiene las orejas largas”  y “Tío Conejo y tío Coyote”. En fin, Morales Santos ha publicado más de dieciséis libros para el público infantil y juvenil. Su obra poética, por ejemplo, celebra la vida con palabras de esperanza. Celebrarla así, es revitalizar el sentido de la vida en los niños y jóvenes a los que se dirige en un mundo tan lleno de desconsuelos como el que experimentan actualmente. Celebrar la vida con palabras a través de los sueños que se hacen realidad hoy y que el poeta nos los entrega con la delicadeza con que se entrega a un niño recién nacido a su madre es ayudar a la construcción de un mundo mejor. Su obra narrativa y ficcional hace reír a más de algún niño o joven. Ambas, forman una telaraña colorida de sonidos, emociones, sentimientos, ternura, pero sobre todo, son textos donde cada verso, cada línea, cada frase iluminan la experiencia lectora. 

Nuevo Signo, rayos de luz para la infancia guatemalteca 

En fin, los cuatro poetas, por diversos caminos, han llegado a los lectores infantiles y juveniles atreviéndose a escribir para ellos. Utilizando, también, los mismos recursos literarios que utilizan los escritores como una manera de abrir espacios para el juego poético y ficcional que se establecerá con el lector infantil. Lo ficticio, en el decir de Wolfgang Iser, presiona al imaginario para que asuma una forma, ofreciendo, entonces, la condición constitutiva para lo estético. De ese modo, si la coexistencia de lo ficticio y de lo imaginario es lo que marca el juego estético de la literatura en general, lo que determinará la especificidad estética de la literatura infantil y juvenil es la posibilidad de alcanzar “el máximo de imaginario en el mínimo de discurso”, como en el caso de la poesía, por ejemplo.

A este respecto, el profesor Daniel Armas (1899-1984) dice que escribir poesía infantil es un reto y que la misma sólo estará plenamente realizada si es capaz de aproximarse al lector, crear imágenes, sonidos, ritmos que lo hagan jugar con el lenguaje y descubrir nuevas formas de relacionarse con el mundo. Siendo, pues, la poesía una creación artística por excelencia, la misma garantiza su calidad estética cuando no traiciona al pequeño lector, queriendo enseñarle algo como si fuese un instrumento de aprendizaje puro y simple. El poeta, en este caso, debe ser capaz de crear lo que en la teoría de la Estética de la Recepción se denomina “vacíos. Ya que, los vacíos que una obra de arte abre a la acción del lector para que éste se convierta en coautor, es lo que posibilita el rompimiento de su propio horizonte de expectativas. Y, obviamente, la perspectiva del niño es fundamental para que pueda encontrar resonancias de sus cuestiones más apremiantes en las entrelíneas de los textos.

La tradición oral y popular entra aquí como una posible fuente para la creación de libros para niños y jóvenes. Es un buen recurso, además, para buscar nuevas formas para el sistema de representación cultural del país como en la obra de Villatoro o Morales Santos. Por esa razón, la literatura infantil y juvenil como una modalidad literaria nacional pasa a jugar un papel importante como mediadora en la construcción de la identidad nacional y ayuda al niño a descubrir sus raíces a través de la tradición y, al mismo tiempo, da lugar a dar rienda suelta a la imaginación de sus lectores.

Otro aspecto que se toma en cuenta en la producción de los poetas de Nuevo Signo aquí apuntados, es el de la ilustración. Aspecto que se convierte en otro discurso que enriquece las obras literarias. La ilustración va de la mano del discurso textual, ésta ofrece recursos narrativos propios que ayudan a expandir el imaginario y la fantasía en los niños y jóvenes lectores. O sea, que ésta no cumple una función meramente decorativa o de significado literal, va más allá de eso. Porque, para el niño, en su recorrido de adquisición del discurso, es justamente la convergencia de la ilustración, del texto y del proyecto gráfico lo que construye la unidad y los sentidos de la obra de literatura infantil y juvenil.

Esos son los sentidos y la esperanza que transmiten en cada frase o verso los poetas de Nuevo Signo en sus obras dirigidas al público infantil y juvenil. Con ellas, han hecho que la literatura infantil y juvenil se expanda como una posibilidad de representación, de alargamiento de experiencias, en las que se combinan elementos plásticos, literarios y gráficos. Todos ellos se articulan creativamente para dar sentido a lo leído y para estimular la lectura. De esa forma, contribuyen al acercamiento del niño al libro y, consecuentemente, despiertan el gusto por la lectura y los libros de ahí en adelante. 

Referencias bibliográficas

Albízurez, Mónica. Nuevo Singo: entre lo coloquial y lo trascendente. En: Nuevo Signo.  Nosotros los de entonces. Guatemala: Don Quijote, 1993.
Arango, Luis Alfredo. En el país de los pájaros. Guatemala: Artemis y Edinter, 1995.
_____. El llanto del Sombrerón. Guatemala: Piedra Santa, 1984.
_____. Por qué el conejo tiene las orejas largas. Guatemala: Piedra Santa, 1984.
_____. La Tatuana. Guatemala: Piedra Santa, 1984.
_____. Doña Libertad Dolores de Bedoya. Guatemala: Tipografía Nacional, 1983.
Alvarado, Carmen Lucía. Nuevo Signo: una realidad poetizada. En: Revista digital Luna Park, número 22, 7 de abril de 2013. Recuperado de [https://revistalunapark.wordpress.com/2013/04/07/literatura-guatemalteca-nuevo-signo-una-realidad-poetizada/]
Barrera, Iván. Signo nuevo para la poesía. En: El Imparcial, 2 de diciembre de 1968, p. 15  y 25.
Esquisses. Las Plumas de la Serpiente –Nuevo Signo. Recuperado de: [http://www.esquisses.net/2017/06/las-plumas-de-la-serpiente-grupo-nuevo-signo/]
Morales Barco, Frieda Liliana. Han de estar y estarán… literatura infantil de Guatemala. Una propuesta en una sociedad multicultural. Guatemala: Letra Negra, 2004.
Morales Santos, Francisco. Nortes para la literatura infantil. Guatemala: Cultura, 2015.
_____. Poesías escogidas para niños. Guatemala: Piedra Santa, 1986.
Quiñonez, Delia. Conferencia: “Las plumas de la serpiente”, poetas en la encrucijada. Letra sobre letra –motivos para el poema. Feria Internacional del Libro de República Dominicana, 28 de abril de 2018.
_____. Cuentos ecológicos. Guatemala: Cultura, 2002.
Villatoro, José Luis. El Popol Vuh al alcance de los niños. Guatemala: Cenaltex, 1991.
Zipfel García, Carlos. El arte como lenguaje. En: Diario El Imparcial, Lunes 8 de julio de 1968, p. 9.

domingo, 3 de octubre de 2021

Publicación conmemorativa del Bicentenario de la Independencia 1821-2021.


En el ensayo Caminos trazados: edición, publicación y circulación de libros de LIJ en Guatemala durante 200 años de vida independiente, Frieda Morales Barco realiza un recorrido integral que inicia en tiempos de la Colonia, alrededor de 1792, con la fundación de centros educativos para niños, en los cuales se utilizaron textos españoles para enseñar a leer y escribir; y termina en la época actual, después de una jornada por múltiples visiones y políticas educativas en el país. Además, en su ensayo, documenta una historia de la literatura infantil y juvenil guatemalteca (LIJ), y sitúa esta producción dentro del registro del arte mismo, como complemento a los materiales meramente pedagógicos. Todo lo anterior, como una recapitulación del programa de investigación historiográfica, documental y hemerográfica sobre LIJ y las prácticas de lectura que realiza la Asociación Guatemalteca de Literatura Infantil y Juvenil -AGLIJ. (pp 113-163).

Para leer el artículo, ingresar a este link:

https://drive.google.com/file/d/14pVlJeXEG3yoygHDupmTaCT1rj_pvj7a/view

------------------------

Publicado en: Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente a la Real Academia Española.

viernes, 20 de agosto de 2021

Libro: Voces de la Literatura Infantil y Juvenil de Guatemala

 

Resumen: Reconstruye la historia y muestra el perfil de los fundadores de este subsistema literario en Guatemala, en particular el de los autores de la literatura infantil y juvenil del período de 1944 a 2010.



Texto completo en este link:

sábado, 14 de agosto de 2021

“Lugar Secreto” de Gloria Hernández

 Lugar Secreto” de Gloria Hernández

Frieda Liliana Morales Barco


Gloria Hernández, escritora guatemalteca que ha publicado cinco libros de LIJ y 21 antologías: tradición oral y popular, teatro infantil y poesía infantil en colaboración con Frieda Morales. Estas últimas son recopilaciones de LIJ guatemalteca a través de la cual se busca incentivar el gusto por la lectura y por lo nuestro. Uno de sus libros, “Lugar secreto” (Norma, 2008), está conformado por una serie de pequeños cuentos breves llenos de imaginación y fantasía. Ambos textos traen consigo la intención de divertir a los pequeños lectores con relatos lúdicos e ingenuos y con sus personajes la autora crea para ellos un mundo feliz, al mismo tiempo que revelan un trabajo literario comprometido con la infancia.

De esa cuenta, para hablar de “Lugar secreto”, libro en el cual, ella misma se descubre tímidamente escritora de libros para niños, no nos detendremos en la descripción de aspectos “pedagógicos” ni de valores, ni de género, ni de lo que sería políticamente correcto, ni de cosas por el estilo. No son relevantes, aquí. El privilegio de este libro es ser Literatura, solamente. Vamos entonces, a ver que nos ofrece el libro:

  • En cuanto a su aspecto visual, es una primera edición muy bien cuidada. De bolsillo, compacta y fácil de manejar. Las ilustraciones, realizadas por la ilustradora de libros de LIJ costarricense, Ruth Angulo, aunque están en blanco y negro, no desmerecen en su calidad y esteticidad.
  • En relación a su estructura formal, contiene quince cuentos breves en una estructura de historia dentro de la historia que combina las voces de los niños y la de los adultos que intervienen con papeles emancipadores y no pedagógicos. A la vez, despiertan la imaginación y fantasía e invitan al pequeño lector a soñar. Están colocados en sentido de un crescendo que va desde lo individual a lo colectivo,  de lo íntimo a lo superficial, es decir de la presentación de cada uno de los personajes, pasando por la narración y descripción de aventuras solitarias y compartidas hasta la intervención de los adultos que cuentan historias y de esta manera, transmiten los saberes culturales, que como dije antes, lo hacen de forma emancipadora y no pedagógica. En fin, son quince cuentos que están tejidos con palabras que desbordan amor, ternura, paciencia, curiosidad, extrañeza y dedicación. Cada uno de ellos se entrelaza por medio de sus personajes Sofía, Olga y Francisco, cuyas historias y relatos giran alrededor de las experiencias que les proporcionan los ambientes en los que conviven como la familia, los padres, la escuela, la naturaleza, etcétera.
  • Por otro lado, los elementos fantásticos son moderados, es decir, hay un equilibrio entre fantasía y realidad que hace que los relatos sean verosímiles y se conserve la literalidad de los mismos. 
  • En relación al lector al que se dirige, el modelo de lector implícito que perfila es de carácter emancipador, es decir, un niño que piensa y actúa como tal, no de manera infantilista, ni ñoña ni sosa.

En fin, el libro presenta en una estructura circular, una sabrosa trama tejida en torno de tres niños, cuyas experiencias invitarán a los niños lectores a soñar por un rato. Es un libro en el que la imaginación de su autora corre entre la seducción de la nostalgia de una infancia ida y la reinvención de la misma sea por el recuerdo o por la contación de historias de la boca de otros personajes: abuelos, mamá, papá.

        Después de lo dicho arriba, puedo concluir expresando que realizar la presentación de un libro de Literatura Infantil y Juvenil de autor nacional en este tono, contribuye a que esta literatura sea tomada en cuenta como algo que vale la pena leer. De esa forma se evitará gradualmente seguirlo tomando como algo insignificante o como un objeto ideal para regalar en un cumpleaños u otra ocasión o como un souvenir del país, como se le toma a los libros de LIJ, pues algunos libros para niños los venden en las tiendas de artesanías guatemaltecas. Por otro lado, ejercer el derecho de presentar los libros al público infantil, en especial y a los padres de familia, bibliotecarios, mediadores y otros, en general ayuda a que se familiaricen con el objeto libro, que elijan por sí mismos lo que quieren leer y a consolidar el concepto de gratuidad que ofrece la lectura, en el sentido de la característica poética de las obras literarias de presentar múltiples sentidos, de evocar y producir imágenes. Y todo esto, con la única finalidad de contribuir al alargamiento de los horizontes de los lectores infantiles, que son a los que, al final de cuentas, se están dirigidas éstas y otras obras de autores nacionales, principalmente.

Jazmin Villagrán Miguel


Jazmin Villagrán Miguel

Ilustradora de libros de Literatura Infantil y Juvenil en Guatemala.





*********************

Yo, Jazmin Villagrán, hago dibujos para libros infantiles

Ante  el  silencio  de  mi  interlocutor,  me  presento  de la siguiente forma: hago dibujos para libros infantiles. Entonces un suspiro de alivio se escapa del otro, incluso una frase de felicitación por realizar un trabajo tan “bonito”. ¿Cuál es mi historia?, ¿Cómo he logrado llegar a ser lo que ahora soy? En una frase: el amor de mi madre, secretaria jubilada de la Empresa Portuaria Santo Tomás de Castilla, mujer de condición humilde y trabajadora. Desde temprano,  mi  madre  siempre  apoyó  mi  interés  por  el  dibujo,  inscribiéndome  en  la  escuela  vacacional  de  pintura;  en  aquel  entonces  ella  lo  habrá  considerado  como un sano pasatiempo. Pero además de todo lo que una  buena  madre  puede  dar  a  su  hijo,  ella  hizo  algo  muy loable desde su condición, algo que estoy segura mi  abuela  no  pudo  hacer  con  ella,  y  es  regalarme  libros para niños.

Para seguir leyendo, visitar este link: [https://revistas.usac.edu.gt/index.php/csh/article/view/547/349].

Revista Ciencias Sociales de la Dirección General de Investigación -DIGI /USAC-, volumen 4, número 2, 2017. 

Su trabajo de ilustración puede ser apreciado en este link: [https://www.behance.net/Jazmin_Villagran]


domingo, 8 de agosto de 2021

Cartografía de la LIJ de Centroamérica

 Cartografía de la LIJ de Centroamérica.






viernes, 30 de julio de 2021

(E)migración: viajes inciertos sin retorno I

(E)migración: viajes inciertos sin retorno

Frieda Liliana Morales Barco
UEM/Capes[1]

 

Cada libro es un viaje, un despertar, conocer y, por sobre todo, imaginar.
Dolores Comas de Guembe[2]

  

(e)migrar: una mirada a un fenómeno social actual

 En la LIJ uno asuntos sobre el que se ha discutido mucho es el de la exposición del realismo en esta literatura: ¿Cómo debe presentarse la realidad a los niños y jóvenes? ¿Debe ser expuesta fiel a ella o adornada en la ficción? Así, por ejemplo, para Jesualdo y Antoniorrobles el realismo en la literatura tiene opiniones opuestas. Para Jesualdo literatura infantil debía reflejar la vida misma, la realidad, pues, según él, los mundos ficticios creaban conceptos equivocados de lo que es la vida, y así se le evitarían traumas futuros cuando tuviera que enfrentarse a ella. Por el otro lado, para Antoniorrobles, al contrario, decía que se debía eliminar todo dolor y amarguras innecesarios, propiciar la felicidad en el niño, y por eso, la literatura que se les debía ofrecer debía ser alegre y limpia como un día de domingo. Actualmente, Anna Gassol y Assumpció Lissón expresan que el realismo en la LIJ tiene dos vertientes, una obsesiva, donde los conflictos no tienen salida y otra que ofrece múltiples posibilidades para su comprensión desde el afecto y el humor.

Sígase una u otra vertiente, lo que sí es cierto es que con la literatura no se quiere relatar la realidad tal cual, sino cómo se representa la realidad en el arte, como ésta sirve de medio para crear hechos ficcionales que muestren diferentes posibilidades de la realidad. La ficción crea otros mundos a partir de lo que ya existe. Un espacio simbólico donde la realidad adquiere otros significados.

Hoy en día, a través de la promoción de la lectura se estimula la formación de lectores y el acceso a una gama amplia de obras literarias de calidad a niños y jóvenes que permiten el diálogo y la reflexión para comprender la realidad que les rodea y les ayuda a construir nuevos sentidos. Es el caso del tema de la migración y todo lo que eso implica para los niños y jóvenes que en algún momento de sus vidas han pasado por ello o porque tienen contacto en la escuela, la familia o porque se han enterado por medio de las redes sociales y noticieros.

El fenómeno de la migración es un hecho continuo que se ha producido a lo largo de la existencia del ser humano y, en términos generales, tiene que ver, principalmente, con factores de sobrevivencia para buscar oportunidades de mejor calidad vida.  Sin embargo, las causas que provocan los movimientos migratorios son múltiples, variadas y dinámicas, pues, por ejemplo, en un inicio el desplazamiento de grupos humanos de un lugar a otro originó la formación de aldeas, luego ciudades y territorios geográficos demarcados por fronteras. Luego hubo migración a esas ciudades por la fascinación y curiosidad que éstas despertaban entre las personas de otras tierras. También hubo migración forzada provocada por procesos de invasión, conquista y guerras civiles, por situaciones religiosas, raciales, políticas, económicas o étnicas; así como migración voluntaria para poblar ciudades nuevas, trabajar, estudiar, o, simplemente, para cambiar de vida. Son muchas las causas y, por eso, un tema complejo de tratar.

Pero, este fenómeno además de implicar el desplazamiento físico de un lugar a otro, del viaje, del abandono del sitio de origen, involucra también cambios físicos, psicológicos y culturales en las personas o grupos que migran. De ahí que, además, del concepto de “migración”, también hay que tomar en cuento otros dos términos derivados como emigrar y migrar. Según el diccionario de la Real Academia Española [1]Emigrar es cuando una persona abandona su propio país para establecerse en otro extranjero. [1] Migrar, verbo que se refiere a llegar a un país extranjero para radicarse en él.

En la actualidad es un tema internacional candente que está en las pautas de periódicos, noticieros radiales, televisivos y digitales, así como se ha incorporado en las mesas de discusión de investigadores y analistas políticos de diferentes países de Latinoamérica y Europa, principalmente, por las consecuencias socioeconómicas y culturales que esta problemática acarrea. Desde la academia, el tema se ha venido abordando sistemáticamente a partir de la década de 1990 desde perspectivas sociohistóricas, económicas, antropológicas y literarias. Sin embargo, desde que la situación comenzó a agudizarse y se empezaron a escuchar historias aquí y acullá acerca de las experiencias de los migrantes, que dio como resultados algunos best-sellers a través de los cuales se da testimonio de las experiencias de hombres, mujeres, niños, adolescentes y jóvenes que han pasado por esto. Los asuntos que se han investigado y problematizado enfatizan las causas y consecuencias de los desplazamientos masivos de grupos humanos provenientes de países del medio oriente y África hacia Europa y de Latinoamérica hacia los Estados Unidos de Norte América. En ellos se presentan diversas facetas de este fenómeno como el oportunismo, la discriminación, la corrupción, la esclavitud, la negligencia, la explotación, los deseos y sueños alcanzados, legislación, acuerdos y convenios normativos, etcétera.

En la LIJ este hecho no ha pasado desapercibido y ha habido esfuerzo para tratar de hacer comprender e interpretar este fenómeno a los pequeños y jóvenes lectores. Por ejemplo, en Latinoamérica se ha tratado bastante en Argentina y Cuba, países que experimentaron flujos migratorios masivos desde Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Uno de los primeros textos publicados sobre este asunto es Papá, en Cuentos de la Bobe, de la argentina Susana Goldenbert (1976) y a él le siguieron otros de escritores como Benjamino y Stephano de María Teresa Andruetto, Hombres de recursos, de Fernando Sorrentino, Un bandoneón vivo, de Oche Califa, No hagan olas, de Elsa Bornemann; también de los cubanos Dora Alonso con Ponolali, Joel Franz Rosell con Mi tesoro te espera en Cuba; o el de la uruguaya  Carolina Trujillo Piriz De exilio, maremotos y lechuzas. En Europa hay ejemplos como Hombres de hoy, ciudades de siglos, de la española Montserrat del Amo (1948), la Serie de Sapo, del holandés Max Veltiujs, Emigrantes, de Shaun Tan, entre otros, que narran las experiencias sobre las diversas formas de la (e)migración de los personajes de niños, adolescentes y jóvenes. Experiencias entrecruzadas que les han dejado huellas profundas cargadas de significaciones únicas y que en la lectura de las obras son compartidas con los lectores. En ese espacio se teje un diálogo que abre infinitas posibilidades de comprensión de lo otro, lo extraño, lo diferente y que, por lo tanto, propician conocimiento.



[1] Artículo publicado en la revista Barataria, número 17, de Editorial Norma, 2016.

[2] Literatura juvenil, un viaje de descubrimiento. En: Revista de Literaturas Modernas, número 35, 2005.