sábado, 14 de agosto de 2021

“Lugar Secreto” de Gloria Hernández

 Lugar Secreto” de Gloria Hernández

Frieda Liliana Morales Barco


Gloria Hernández, escritora guatemalteca que ha publicado cinco libros de LIJ y 21 antologías: tradición oral y popular, teatro infantil y poesía infantil en colaboración con Frieda Morales. Estas últimas son recopilaciones de LIJ guatemalteca a través de la cual se busca incentivar el gusto por la lectura y por lo nuestro. Uno de sus libros, “Lugar secreto” (Norma, 2008), está conformado por una serie de pequeños cuentos breves llenos de imaginación y fantasía. Ambos textos traen consigo la intención de divertir a los pequeños lectores con relatos lúdicos e ingenuos y con sus personajes la autora crea para ellos un mundo feliz, al mismo tiempo que revelan un trabajo literario comprometido con la infancia.

De esa cuenta, para hablar de “Lugar secreto”, libro en el cual, ella misma se descubre tímidamente escritora de libros para niños, no nos detendremos en la descripción de aspectos “pedagógicos” ni de valores, ni de género, ni de lo que sería políticamente correcto, ni de cosas por el estilo. No son relevantes, aquí. El privilegio de este libro es ser Literatura, solamente. Vamos entonces, a ver que nos ofrece el libro:

  • En cuanto a su aspecto visual, es una primera edición muy bien cuidada. De bolsillo, compacta y fácil de manejar. Las ilustraciones, realizadas por la ilustradora de libros de LIJ costarricense, Ruth Angulo, aunque están en blanco y negro, no desmerecen en su calidad y esteticidad.
  • En relación a su estructura formal, contiene quince cuentos breves en una estructura de historia dentro de la historia que combina las voces de los niños y la de los adultos que intervienen con papeles emancipadores y no pedagógicos. A la vez, despiertan la imaginación y fantasía e invitan al pequeño lector a soñar. Están colocados en sentido de un crescendo que va desde lo individual a lo colectivo,  de lo íntimo a lo superficial, es decir de la presentación de cada uno de los personajes, pasando por la narración y descripción de aventuras solitarias y compartidas hasta la intervención de los adultos que cuentan historias y de esta manera, transmiten los saberes culturales, que como dije antes, lo hacen de forma emancipadora y no pedagógica. En fin, son quince cuentos que están tejidos con palabras que desbordan amor, ternura, paciencia, curiosidad, extrañeza y dedicación. Cada uno de ellos se entrelaza por medio de sus personajes Sofía, Olga y Francisco, cuyas historias y relatos giran alrededor de las experiencias que les proporcionan los ambientes en los que conviven como la familia, los padres, la escuela, la naturaleza, etcétera.
  • Por otro lado, los elementos fantásticos son moderados, es decir, hay un equilibrio entre fantasía y realidad que hace que los relatos sean verosímiles y se conserve la literalidad de los mismos. 
  • En relación al lector al que se dirige, el modelo de lector implícito que perfila es de carácter emancipador, es decir, un niño que piensa y actúa como tal, no de manera infantilista, ni ñoña ni sosa.

En fin, el libro presenta en una estructura circular, una sabrosa trama tejida en torno de tres niños, cuyas experiencias invitarán a los niños lectores a soñar por un rato. Es un libro en el que la imaginación de su autora corre entre la seducción de la nostalgia de una infancia ida y la reinvención de la misma sea por el recuerdo o por la contación de historias de la boca de otros personajes: abuelos, mamá, papá.

        Después de lo dicho arriba, puedo concluir expresando que realizar la presentación de un libro de Literatura Infantil y Juvenil de autor nacional en este tono, contribuye a que esta literatura sea tomada en cuenta como algo que vale la pena leer. De esa forma se evitará gradualmente seguirlo tomando como algo insignificante o como un objeto ideal para regalar en un cumpleaños u otra ocasión o como un souvenir del país, como se le toma a los libros de LIJ, pues algunos libros para niños los venden en las tiendas de artesanías guatemaltecas. Por otro lado, ejercer el derecho de presentar los libros al público infantil, en especial y a los padres de familia, bibliotecarios, mediadores y otros, en general ayuda a que se familiaricen con el objeto libro, que elijan por sí mismos lo que quieren leer y a consolidar el concepto de gratuidad que ofrece la lectura, en el sentido de la característica poética de las obras literarias de presentar múltiples sentidos, de evocar y producir imágenes. Y todo esto, con la única finalidad de contribuir al alargamiento de los horizontes de los lectores infantiles, que son a los que, al final de cuentas, se están dirigidas éstas y otras obras de autores nacionales, principalmente.

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