Quiero brindar estos versos
a mi madre idolatrada,
con suave perfume de rosas,
todo para ti, madre adorada.
Madre, autora de mis días,
todo tuyo es mi corazón,
por el sendero del bien me guías
y me enseñas la oración.
Yo por eso con fervor te amo
te agradezco tu presencia,
ya que después será vano
llorar triste tu ausencia.
Ante tí, rindo, madre querida,
mi amor puro y sincero;
eres lo que más amo en la vida,
eres el tesoro que más quiero.
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NATARENO, Luz Pilar. Poemas y canciones infantiles. Guatemala: Tipografía Nacional, 1982. p. 30.
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