lunes, 30 de mayo de 2022

Día Nacional del "Popol Vuh": El Popol Vuh en la historia de la LIJ-Gt

El Popol Vuh en la historia de la LIJ de Guatemala

Frieda Liliana Morales Barco

Una de las vertientes la de la tradición indígena maya que ha influido en la LIJ de Guatemala proviene del el Popol Vuh, libro sagrado de los maya-k’iche´, el cual se cree que fue redactado por medio de un sistema de dibujos y jeroglíficos, desconociéndose hoy día el texto original, que tal vez fue destruído por los españoles al inicio de la conquista. Fue transcrito al alfabeto latino entre 1554-1558, por tres Nima Chokoj k’iche’, madres de la palabra, padres de la palabra, cada uno provenientes de la casa de los Kaweq, Nija’ibí y Ajaw K’icheí. (Colop, 2002). El texto fue descubierto en la casa conventual de la iglesia mayor de Chichicastenango. Allí fue copiado y traducido al español por fray Francisco Ximénez, de la orden de Santo Domingo entre 1701-1703. Actualmente este manuscrito se conserva en la Biblioteca de Newberry, Chicago, Illinois. (Recinos, s.f.). Posteriormente, por algún tiempo: 

Los trabajos del Padre Ximénez permanecieron olvidados en el archivo del Convento de Santo Domingo, de donde pasaron en 1830 a la biblioteca de la Universidad de Guatemala. Allí los encontró en 1854 el viajero austriaco Dr. Carl Scherzer, pidió una copia y la publicó en Viena en 1857 con el título primitivo de "Las historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala (Recinos, s.f.: 15). 

Un año despúes, el abate Charles Etienne de Brasseaur de Bourbourg adquirió también una copia del mismo fonetizándolo y traduciéndolo al francés con el título de Popol Vuh. Le livre Sacré et les mythes de l’antiquité américaine, editado en Paris en 1861, y con este nombre pasa a ser conocido mundialmente. Después fue traducido al castellano y publicado en la revista pedagógica El Educacionista, (Guatemala 1894-1895).

   El Popol Vuh fue susceptible de una segunda versión gracias al profesor Georges Raynaud, quien la publicó en Paris en 1925 y la trasladó al español dos años después con la colaboración de Miguel Ángel Asturias y J. M. González de Mendoza bajo el título de Los dioses, los héroes y los hombres de Guatemala antigua o Libro del Consejo

    Otras versiones del Popol Vuh aparecieron entre 1905 y 1925 en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos y son las que han servido de base para muchos estudios sobre la cultura maya en la actualidad. También ha sido aprovechado por algunos autores para la composición de cuentos y narraciones para niños, tales como la recreada por el escritor argentino Arturo Capdevilla, la del escritor yucateco Ermilio Abreu Gómez, la de la Colección alemana de Walter Krickeberg, y los Tales from Silver Lands, de Charles Finger. (Recinos, s.f.). Recientemente, fue publicada una adaptación hecha por Eduardo Galeano sobre los poderes de transfiguración que posee, titulada Las aventuras de los jóvenes dioses, también una versión del escritor guatemalteco Sam Colop (2006) y otra por el ilustrador cubano nicaragüense, Nivio Vigil.

    En Guatemala, la influencia del Popol-Vuh en textos infantiles propiamente dichos aparece por primera vez en la pieza de teatro titulada El señor Vucub Caquix: pasaje del Popol Buj adaptado a la escena escolar, escrita por el dramaturgo Manuel Galich para ser representada por estudiantes en la Escuela Normal Central para Señoritas de Guatemala. Fue estrenada el 26 de julio de 1939. Con ella, Galich perseguía alcanzar uno de sus más caros ideales: Elaborar, con los elementos que brinda la tradición indígena, un arte de carácter auténticamente guatemalteco; un arte integral, en cuya labor no sólo el poeta tenga participación, sino el pintor, el arquitecto, el músico, etc. (Cruz, 1989: 245).

    Esta influencia también se hizo sentir en la Revista Infantil Alegría (1946-1968). En las ediciones de 1949 en adelante se abre una sección histórica a cargo del historiador Daniel Contreras en la cual se comenzaron a publicar textos como: 

  • Cuadro de tradiciones indígenas (del Popol-Vuh): aventuras de Hunajpú e Ixbalanqué [1].
  • Episodios legendarios de la patria: El rapto de las princesas. [2]
  • Tradiciones indígenas, leyendas del Popol-Vuh: Cabracán. [3]
  • Escenas de nuestra historia (escenas ilustradas de la Conquista); Hombres notales en la historia patria: E-Gag-Quicab, rey quiché, Tepepul, rey de los tzutihiles, Kabik-Balam, rey de los mames. El sacerdote Caxtoc, redactor de los Anales de los Cachiqueles. [4]
  • Tradiciones coloniales: La lagartija de esmeraldas. [5]
  • Versiones del Popol-Vuh: Aventuras de Tamasul. [6]

    Luego, en 1950 en esta misma revista se publica una adaptación en tira cómica con el nombre de La creación del mundo, según el Popol Vuh, realizada por Hugo Cerezo Dardón y Daniel Contreras Reinoso e ilustrada por el artista plástico guatemalteco Oscar González Goyri. También Oscar de León Palacios escribe unas adaptaciones libres de algunos cuentos en sus libros de lectura Perucho, libro de lectura para segundo grado y Rosita, libro de lectura para tercer grado de primaria (1958). Durante la década de 1960 Adrián Ramírez Flores (1962), Mario Álvarez Vásquez (1964), Wilfredo Valenzuela (1963), Ermilio Abreu González (1967) y Rubén Villagrán Paúl (1969) adoptan el libro maya como fuente para escribir sus libros para niños.

    Daniel Armas (1952) dice respecto del Popol Vuh" que “es manantial de la leyenda indígena, y largo sería enumerar las que el autor ha conocido a través de sus viajes por diversas regiones del territorio nacional. Útil labor sería la de coleccionarlas y ofrecerlas impresas a la escuela como un tesoro de nuestra tradición. (p. 25). Su uso en la escuela, sin embargo, se limita a su valor educativo en cuanto pasa valores filosófico-morales a los pequeños lectores. Lo ve como material adicional de formación integral.

    Villagrán Paúl (1954), por su parte, defiende que para que pueda existir una literatura infantil de Guatemala es necesario que se estimule su creación con elementos propios de la región y de la comunidad, con aquellos que forman parte de la tradición íntima del país. Por tal motivo, añade que el Popol Vuh, el Libro del Consejo, puede ser venero generoso de formas literarias para la infancia (p. 147), además de los otros elementos como la idiosincrasia del pueblo guatemalteco, su flora y fauna.

    Tomando el consejo de estos teóricos, Adrián Ramírez Flores en su tesis de graduación propone un método para adaptar el Popol Vuh, mismo que ya había puesto en práctica en su libro de lectura Junajpú e Ixbalanqué, en 1962, y que describimos a continuación:
  • En vez de una serie de cuentos, se le dio un carácter unitario y continuo,
  • para facilitar la lectura y comprensión, se castellanizó al máximo, respetando únicamente los nombres que le dan su carácter esencial.
  • se fusionó en un sólo personaje a "Cabracán y Zipacná", hijos de Vucub, para darle a Gigante de la Tierra todo el vigor y la fuerza que su nombre mismo indican y para darle mayor verosimilitud.
  • respondiendo a la concepción polar del niño, para quien deben ser los buenos y los malos, se planteó la narración como una lucha entre el bien y el mal. 
  • los hechos grotescos e inexplicables, como la preñez de la princesa Ixquic fueron explicados como encantamientos.
  • para facilitar la identificación del niño con los personajes, las ilustraciones no reprodujeron facciones mayas contemporáneas, sino que se estilizaron para lograr un efecto de lejanía y no de identidad.
  • la forma figurada de comparar la expresión de la maldad con aves de rapiña, se objetivó con personajes con caras de zopilote, de mayor riqueza vivencial para el niño.
  • entre los propósitos de ofrecer este libro a los niños, tiene especial relevancia el de tratar de estimular en ellos su "admiración y su amor" por la cultura guatemalteca heredada de la rama indígena.

   Como se puede observar, este método se atiene tan solamente a cumplir con los requisitos psicopedagógicos. Ahora bien, en cuanto a los aspectos ideológicos se refiere, su método se adhiere, tal vez de forma inconsciente, al proceso de ladinización que prácticamente desde 1871 había emprendido la hegemonía ladina o mestiza. Lo anterior se hace evidente desde el primer postulado, el de la castellanización, luego se afirma más al decir que las ilustraciones fueron estilizadas. Con esta acción crea un distanciamiento  con la realidad concreta y establece un estado de admiración. Es como decir algo así como que los indígenas en nuestro país son objetos decorativos. Pero el hecho es otro, son individuos reales que hacen parte de la sociedad. Al proceder de este modo, queda manifiesto que la literatura infantil de Guatemala es para unos pocos, para los que hablan español y se comportan como ladinos.

    El libro de Valenzuela, por ejemplo, fue producido por los Talleres de Poesía en 1968. En ese mismo año fue objeto de otra publicación por parte de la Editorial El Istmo. Más tarde, 1981, fue publicado en la Revista Tradiciones de Guatemala, del CEFOL, pero sus textos fueron revisados, corregidos y aumentados. Una otra publicación aparece en 1994, esta vez realizada por la editorial de la Universidad de San Carlos de Guatemala que también fue corregida y aumentada. Sin embargo, a pesar de que este libro ha sido incluido dentro del acervo de literatura infantil de Guatemala, es poco conocido por los lectores a los que está siendo destinado.

    Durante los años 90 el Popol Vuh vuelve a estar a la orden del día. Lionel Méndez D’Ávila escribe Historias de nahuales y despojos, relatos quichés para jóvenes de una época infame (1990), con el que ganó en Cuba el premio Casa de las Américas. En la isla fue hecho un pequeño tiraje del libro y más tarde, en Panamá, se hizo una edición limitada e ilustrada por el propio Méndez D´Ávila. Sin embargo, en Guatemala solamente circuló entre amigos en forma de fotocopia, y eso, a pesar de que en aquella fecha Guatemala estaba experimentando un momento histórico muy importante, el del comienzo de las conversaciones entre guerrilla y gobierno para el cese al fuego. Sólo ahora entrados en el tercer milenio, la editorial Piedra Santa tiene el proyecto de publicarla.

    En este libro, Méndez D´Ávila hace una propuesta de identidad guatemalteca que parte de un movimiento que va de lo total a lo particular, como en un efecto de zoom. Primero hace la presentación de los nahuales que pueblan el continente americano (bufálo, águila, cóndor, caimán, Gucumatz), para luego centrarse en Centroamérica, después en Guatemala y, por último, más específicamente en el Quiché. Toda vez hecho esto, describe el origen, las costumbres y tradiciones de su pueblo. En la segunda parte del libro habla de la llegada de los españoles y del cumplimiento de las profecías de las que hablaba el Popol Vuh. En el tercer segmento del libro, Méndez D´Ávila a través de la figura de los gemelos Hunajpú e Ixbalanqué fusiona los dos mundos (indígenas-españoles) para crear uno sólo, el de los guatemaltecos. Unidos todos de esa forma será más fácil luchar contra el nuevo nahual, el águila de dos cabezas, que representa al imperialismo yankee.

    En sí, este libro puede ser tomado como una nueva versión del Popol Vuh escrita por un mestizo, en el sentido de que en él Méndez D´Ávila reescribe la historia de Guatemala.

     En 1991 el Ministerio de Educación autoriza la publicación de una colección denominada El Popol Vuh al alcance de los niños, consistente en una serie de libros que contienen cada uno un relato del Popol Vuh en forma de verso. Las versiones fueron hechas por el escritor y poeta José Luis Villatoro.

    En 1994, con el auspicio del Ministerio de Gobernación, a través del Programa educativo sobre cultura democrática y derechos humanos, Franco Sandoval escribe una versión más de este libro maya-quiché titulada Popol Vuh, versión transparente, con el propósito de difundir la cultura como una forma de reconstruir el país.

    La última versión hecha del libro sagrado que se conoce fue la realizada por el poeta y narrador Francisco Morales Santos (1995) titulada Popol Vuh para niños. Morales Santos recuenta la historia de los maya-quichés con un lenguaje sencillo y claro haciendo la narración del mismo bastante comprensible para el lector infantil. En la actualidad, el libro se encuentra en su quinta reedición.

  Durante las dos primeras décadas del siglo XXI, el Popol Vuh ha sido objeto de adaptaciones para el público infantil y juvenil, como, por ejemplo, la colección del Popol Vuh de la editorial Piedra Santa; versiones en idiomas mayas; la colección de minilibros de Diario Al Día; Estampas del Popol Vuh, versión libre para niños de Francisco Morales Santos; Popol Vuh adaptado por Guadalupe Vázquez (México).    En síntesis, podemos decir que el Popol Vuh desde 1939 ha sido utilizado de diversas maneras y con diversos fines que van desde servir como pretexto para crear literatura infantil,  como pretexto ideológico para crear y configurar la identidad ladina que carece de un pasado y de una historia. Últimamente, el libro sagrado está sirviendo como pretexto para crear una cultura democrática e inclusiva.

    Sin embargo, todos los caminos trazados hasta ahora con este libro han sido delineados e interpretados, en su mayoría, por la hegemonía ladina para intentar definir su identidad. Mientras que los indígenas lo han tomado, junto con el calendario sagrado maya, como los referentes aglutinadores que son la base de su mayanidad. Este es un movimiento identitario que arranca de fines de los sesenta e inicios de los setenta. (...) Es una idea que se convierte en el argumento necesario que satisface el reencuentro actual con ese pasado grandioso y que, a la vez, permite impugnar el presente y construir la hipótesis de un porvenir en el cual se puedan ejercer los derechos negados (Moya, 1997).



[1]     Revista Infantil Alegría. n. 10-11, año IV de la Revolución, 1949. p. 5.

[2]     Revista Infantil Alegría. n. 10-11, año IV de la Revolución, 1949. p. 6. Es una historia de la tradición indígena que mezcla ilustraciones y texto a la manera de historietas gráficas.

[3]     Revista Infantil Alegría. n. 13, año IV, VI de la Revolución, 1950. p. 5.

[4]     Revista Infantil Alegría. n. 10-11, año IV de la Revolución. p. 26.

[5]     Revista Infantil Alegría. n. 14-15, año V, VI de la Revolución, 1950. p. 5.

[6]     Revista Infantil Alegría. No. 16. Año VI, VII de la Revolución. 1951. p. 8.

Referencias bibliográficas

Colop, Sam, Ucha´xik: Colección intercultural. e-Prensalibre. Guatemala, 30 de octubre de 2000.
Colop, Sam. Ucha´xik: Colección intercultural. e-Prensalibre. Guatemala, 30 de junio de 2001.
Colop, Sam. Ucha´xik: Colección intercultural. e-Prensalibre. Guatemala, 30 de mayo de 2002.
Cruz, Víctor Hugo. La obra dramática del doctor Manuel Francisco Galich López. Guatemala: Universidad, 1989.
Méndez D´Avila, Lionel. Historias del Popol Vuh –contadas para niños del año 2… mil. Guatemala: Serviprensa, 1980.
Méndez D´Avila, Lionel. Hisotrias de nahuales y despojos, relatos quichés para jóvenes de una época infame. La Habana: Casa de las Americas, 1991.
Moya, Ruth. Interculturalidad y reforma educativa en Guatemala. e-Revista Iberoamericana de Educación. N. 13 –Educación bilingüe intercultural–. Enero-abril, OEA, 1997. Recuperado de: [http://www.oei.org.co/ocivirt/rie12a06.htm] Accesado en: 16 de mayo de 2002.
Recinos
, Adrián. Popol Vuh, las antiguas historias del Quiché. México: FCE, 1947.

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